México y el hidrógeno verde: ventajas y perspectivas para el futuro

28 mayo, 2021

Actualizado: 20 de marzo de 2024

El país posee los recursos necesarios para convertirse en un hub de la economía del hidrógeno en América. El sector privado es el principal promotor de las iniciativas de desarrollo del hidrógeno verde.

Cada vez son más los países que están tratando de desarrollar un modelo energético más sostenible. México es uno de ellos. El país norteamericano quiere sobresalir en esta nueva industria aprovechando su privilegiada ubicación geográfica, que unida a sus condiciones climáticas, le permitiría generar hidrógeno verde con relativa facilidad.

Para que un territorio sea capaz de producir hidrógeno verde debe disponer de fuentes de energía renovable competitivas (eólica o solar), que puedan emplearse posteriormente para la generación de este hidrógeno. Y México cumple con esta premisa. Al mismo tiempo, dispone de capacidad de distribución de hidrógeno a terceros, gracias al acceso a los dos océanos, Atlántico y Pacífico.

El país norteamericano quiere sobresalir en esta nueva industria aprovechando su privilegiada ubicación geográfica y condiciones climáticas

Asimismo, México cuenta con parte de la infraestructura lista para comenzar a desarrollar esta tecnología, ya que existen plantas de amoniaco actualmente en desuso, que podrían aprovecharse sin tener que hacer inversiones muy grandes.

Las iniciativas privadas, principales motores de la economía del hidrógeno verde

En México, el sector privado lidera el desarrollo del hidrógeno verde. Con el objetivo de que gobierno e instituciones den el impulso que estas tecnologías demandan, se fundó la Asociación Mexicana del Hidrógeno, a la que también pertenece la compañía española Enagás. Integrada por un grupo de investigadores, académicos y empresarios, trabaja para realizar un diagnóstico sobre la situación del hidrógeno en el país y detectar oportunidades y posibles barreras para su implantación. Entre ellas, la creación de un marco normativo sobre el hidrógeno más amplio que el actual, que aunque tiene en cuenta algunos usos energéticos del hidrógeno, precisa de una inclusión, definición y regulación formal.

Su fundador, Israel Hurtado, señala que “México tiene una gran ventaja competitiva en relación con el resto de América Latina y con Europa: su cercanía con Estados Unidos. Puede utilizar su potencial solar y eólico para producir hidrógeno verde y venderlo a la principal economía del mundo. O que México desarrolle tecnología de electrolizadores y abarate sus costos de producción”.

México y el hidrógeno verde: primeros pasos

El auge del hidrógeno verde es un fenómeno global y México no se queda fuera. El país cuenta con una infraestructura de energía bien desarrollada que podría facilitar el desarrollo del hidrógeno verde. A ello se suma que las regiones con el mayor potencial de energía renovable en México coinciden con la ubicación de los consumidores potenciales de hidrógeno.

Por otro lado, el desarrollo de esta nueva tecnología hace posible la consolidación del uso de renovables, uno de los puntos fuertes del país americano. Al mismo tiempo, libera al país de la dependencia actual de los hidrocarburos. Además, la producción y aprovechamiento del hidrógeno verde puede ser un vehículo muy eficaz para cumplir con los compromisos climáticos del país.

La producción y aprovechamiento del hidrógeno verde puede ser un vehículo muy eficaz para cumplir con los compromisos climáticos

Ya son numerosas las compañías nacionales e internacionales que han visto el potencial del desarrollo del hidrógeno verde en México y están surgiendo las primeras iniciativas de impulso a esta nueva tecnología.

Uno de los principales proyectos que valora el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales es la construcción de una planta de energía solar de 58 MW destinada a la generación de hidrógeno verde en Guanajuato. El proyecto prevé contar con alrededor de 140.000 módulos solares que produzcan 4.425 toneladas de hidrógeno verde al año.

Iniciativas como estas son solo el principio para situar a México como un hub de la economía del hidrógeno verde en América.