Estas infraestructuras reconvertidas permitirán el almacenamiento y gestión de moléculas climáticamente neutras
La capacidad de adaptación de las infraestructuras gasistas actuales es clave para su futuro. Entre otras cuestiones, se abre la posibilidad de reutilizar las actuales regasificadoras para que, en un horizonte net zero, puedan trabajar con moléculas descarbonizadas, como el hidrógeno verde o el amoniaco. Gracias a estas terminales, España podrá afrontar los retos que conllevará la adaptación a un sistema energético sostenible.
España posee hoy en día siete plantas de regasificación ubicadas en Barcelona, Cartagena, Huelva, Gijón, Sagunto, Bilbao y Mugardos, convirtiéndose en el país con más regasificadoras de Europa.
Son infraestructuras clave para la seguridad de suministro, tanto en nuestro país como en el resto de Europa, y tendrán un papel fundamental en el proceso de descarbonización.
Las plantas de regasificación contribuyen a alcanzar los retos y ambiciones planteados tanto por REPowerEU como por AFIR (Reglamento sobre la Infraestructura para los Combustibles Alternativos) y la Directiva de FuelEU Maritime cuyo objetivo común es que la UE reduzca sus emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los valores de 1990, y lograr la neutralidad climática en 2050.
Las plantas de regasificación contribuyen a alcanzar los retos y ambiciones planteados tanto por REPowerEU como por AFIR y la Directiva de FuelEU Maritime
La ubicación estratégica de las plantas de regasificación dentro de los puertos las convierte además en epicentro de los corredores marítimos verdes planteados por diversas iniciativas europeas de descarbonización.
Desde Enagás aseguran que “es nuestra responsabilidad como gestor de los activos ver cómo podemos dar una segunda vida a las regasificadoras en un horizonte descarbonizado. Creemos en un futuro en el que nuestros activos de gas se reconviertan y se adapten para poder dar servicio a las moléculas descarbonizadas, como el hidrógeno y el amoniaco renovables”. Esto es lo que las convierte en plantas multimolécula.
Enagás ha establecido algunas líneas de estudio para potenciar la reutilización de todos sus activos. “Ampliar su vida útil es una medida de economía circular efectiva y con impacto directo en la reducción de emisiones asociada al ciclo de vida de la construcción de los activos”, apuntan desde la compañía.
Cuando hablamos de plantas multimolécula lo hacemos de aquellas infraestructuras que permitirán en el futuro almacenar y gestionar moléculas climáticamente neutras como el amoniaco o el metano sintético, además de hidrógeno líquido (LH2) y CO2.
En este ámbito, la Universidad de Oviedo y Enagás han firmado un convenio de colaboración empresarial para poner en marcha la Cátedra de Desarrollo de Vectores Energéticos Sostenibles.
El acuerdo, cuya firma tuvo lugar en abril de 2024, traza un marco conjunto de colaboración para llevar a cabo un estudio técnico-económico con el fin de adaptar Musel E-Hub, en Gijón, como planta multimolécula.
Esta iniciativa servirá para desarrollar un estudio de viabilidad de los nuevos vectores energéticos sostenibles
Esta iniciativa servirá para desarrollar un estudio de viabilidad de los nuevos vectores energéticos sostenibles en el contexto de la transición energética, al igual que para la selección de las mejores alternativas futuras para la planta de Musel E-Hub, como el hidrógeno renovable o el transporte y almacenamiento de CO2, entre otras.
La Cátedra, que tendrá un periodo de vigencia de cuatro años, es la primera colaboración a largo plazo en la que las dos entidades promoverán proyectos de I+D y actividades dirigidas a la promoción social de la investigación y el desarrollo tecnológico en este ámbito.
Este convenio forma parte de las iniciativas contempladas en el marco de la Universidad Corporativa de Enagás, cuyo objetivo es potenciar el desarrollo del conocimiento en el ámbito de la sostenibilidad y la descarbonización.