El creciente interés en el hidrógeno como fuente de energía limpia y renovable no es casual: se trata de un vector fundamental para alcanzar un futuro libre en carbono con mayor seguridad y eficiencia.
Para que se convierta en una realidad es preciso abarcar toda la cadena de valor. Es decir, desarrollar el proceso completo, desde la producción hasta su aplicación en diferentes usos.
La producción de hidrógeno se puede realizar de diferentes maneras y a partir de distintas fuentes energéticas. Sin embargo, atendiendo a los objetivos de neutralidad climática fijados en Europa para 2050, debemos centrarnos principalmente en la producción de hidrógeno renovable.
El proceso para producir hidrógeno verde, comúnmente realizado mediante electrólisis de agua, utiliza electricidad de fuentes renovables (como la solar o la eólica) para separar el agua en sus componentes básicos (hidrógeno y oxígeno). El resultado es un hidrógeno totalmente limpio y renovable.
Para la producción de hidrógeno verde, por tanto, es preciso contar con:
1. Agua como materia prima de donde obtener el hidrógeno.
2. Instalaciones renovables que suministren la energía eléctrica necesaria para el proceso.
3. Tecnología adecuada para la producción y mantenimiento de los electrolizadores (dispositivos que separan el agua en hidrógeno y oxígeno).
Con estas condiciones cubiertas, España es uno de los países europeos que más posibilidades reales tiene de convertirse en un gran productor de hidrógeno renovable. El marco normativo y regulatorio también le acompaña, ya que cuenta con una Hoja de Ruta para fomentar su producción y consumo. De la misma forma, en España han surgido varios proyectos de hidrógeno destacados como los diferentes valles de hidrógeno o diversas alianzas en comunidades autónomas como Extremadura, Galicia o Comunidad Valenciana que desean potenciar la economía del hidrógeno.
La producción de hidrógeno se puede realizar de diferentes maneras y a partir de distintas fuentes
Una vez producido, el hidrógeno se debe transportar y distribuir de manera segura y eficiente desde los puntos de producción hasta los centros de demanda.
Para grandes distancias, el transporte a través de hidroductos se posiciona como una alternativa más eficiente y competitiva (entre 2 y 4 veces) que el transporte de electricidad a través de las redes de alta tensión para, una vez en destino, producir el hidrógeno.
Ya se está avanzando en el desarrollo de infraestructuras de transporte de hidrógeno, para lo que, en parte, se puede aprovechar la red existente de transporte de gas natural. Según European Hydrogen Backbone, alrededor del 70 % de la infraestructura existente en Europa podría emplearse para tal fin.
El hidrógeno se debe transportar y distribuir de manera segura y eficiente desde los puntos de producción hasta los centros de demanda
En el caso de España, la red de transporte gasista cuenta con más de 11.000 kilómetros de gasoductos. Un 30 % de este trazado, porcentaje que se podría ir incrementando hasta un 70 %, estaría preparado para el transporte de hidrógeno renovable. Este hecho supone una clara ventaja para nuestro país, que quiere convertirse en uno de los epicentros europeos de la economía del hidrógeno, produciendo y exportando a otros países del entorno.
En diciembre, el TSO español Enagás junto con sus homólogos de Portugal y Francia, presentó H2MED a la convocatoria de Proyectos de Interés de Común (PCIs) europeos. Este corredor, que conectará España, Portugal y Francia, será el primero de la Unión Europea destinado a transportar hidrógeno verde. Proyectos como este tendrán una gran relevancia para fomentar la producción y el uso del hidrógeno en todo el continente.
El hidrógeno es fácil de almacenar durante largos períodos de tiempo y, con la infraestructura adecuada, se puede hacer en grandes cantidades. Esto aporta beneficios tan importantes como:
El hidrógeno es fácil de almacenar durante largos períodos de tiempo y, con la infraestructura adecuada, se puede hacer en grandes cantidades
Ya existen diversos proyectos y se están explorando diferentes vías para almacenar hidrógeno. Una de estas opciones son los almacenes subterráneos que, según los expertos, son la mejor alternativa para poder hacerlo a gran escala.
Por sus atributos, 100 % renovable, con capacidad para generar electricidad y calor, con posibilidad de ser almacenado y por su facilidad para ser transportado, el hidrógeno puede ser utilizado en diferentes sectores y/o aplicaciones:
La cadena de valor del hidrógeno es un proceso complejo que involucra a muchos actores y procesos. El esfuerzo que se está llevando a cabo en Europa, y concretamente en España, dará el impulso necesario para que el hidrógeno renovable sea una opción real en un futuro sostenible.