Noruega tiene una ventaja energética indiscutible: es un país que produce más energía de la que consume. Durante los últimos años, por ejemplo, ha sido uno de los mayores exportadores europeos de gas y petróleo. ¿Es posible que este país apueste por las energías limpias? La respuesta es sí. Y el hidrógeno verde hace parte de su estrategia para el futuro.
El petróleo noruego fue descubierto en 1969 con la perforación del primer pozo en el Mar del Norte y hoy es uno de los mayores productores y exportadores mundiales de esta materia prima. Su gestión se halla en manos del Fondo Soberano Noruego, canalizada a través del Banco Central del país.
Los beneficios obtenidos se invierten en diferentes negocios. De hecho, el Banco Nacional de Noruega ha adquirido en los últimos años participaciones en más de 9.000 compañías de todo el mundo pertenecientes a diversos sectores, pero siempre con una premisa innegociable: supervisa la sostenibilidad de los negocios en los que invierte y también su código ético. En España, Norges Bank tiene invertidos casi 10.000 millones de euros solo en acciones. De las 35 empresas del Ibex, cuenta con participaciones en 34.
A pesar de que el petróleo y el gas representan una de sus principales actividades económicas de Noruega, el país se ha unido a los planes europeos y mundiales para promover el desarrollo de una estrategia del hidrógeno para contribuir a objetivos específicos como la neutralidad de carbono. En este contexto ha presentado el plan nacional del hidrógeno.
Dentro de esta política que mira al futuro, el gobierno noruego ha encontrado un camino motivador que le lleva a impulsar el desarrollo tecnológico que favorezca el uso generalizado del hidrógeno verde. Uno de los pasos que ha dado es la financiación de programas como ENERGIX, del Consejo Noruego de Investigación, para impulsar las tecnologías y soluciones relacionadas con el hidrógeno.
El gobierno de Noruega considera que el hidrógeno verde representa «una historia de esperanza para llegar a un mundo nuevo con bajas emisiones»
Su objetivo es ambicioso y ha sido reforzado recientemente: reducir las emisiones en al menos un 50 %, y hacia un 55 % para 2030 en comparación con los niveles de 1990, y entre un 90 y un 95 % para el año 2050.
Para conseguirlo, Noruega ya cuenta con ventajas considerables respecto a otros países:
Noruega aspira a aprovechar su enorme potencial para generar aún más energía renovable
Pero donde de verdad Noruega ve mayor potencial de creación de valor en este ámbito es en el sector marítimo. Noruega aspira a convertirse en el líder mundial en tecnología de transporte ecológico marítimo y ya cuenta con varios proyectos avanzados: