La puesta en marcha de diversos proyectos de desarrollo de hidrógeno verde y la colaboración entre empresas dejan clara la intención del país de enfocarse hacia un futuro climáticamente responsable
El pasado 30 de marzo el Gobierno holandés dio a conocer su estrategia del hidrógeno. Lo hizo mediante una carta enviada al Parlamento titulada “Visión del gobierno sobre el hidrógeno”, en la cual señalaba que “el compromiso con el hidrógeno sostenible en los Países Bajos crea nuevos puestos de trabajo, mejora la calidad del aire y es esencial para la transición energética”.
Esta carta, escrita por Eric Wiebes, ministro holandés de Economía y Clima, se presentaba como el primer paso de una serie de iniciativas orientadas a convertir en realidad las ambiciones de hidrógeno del país, que habían sido anunciadas con anterioridad en el acuerdo climático nacional y en la Hoja de Ruta del Hidrógeno.
La hoja de ruta presentada este año destaca los tres motivos por los cuales el desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde resulta crucial para los Países Bajos:
1. Permite al país aprovechar al máximo el potencial de la energía eólica en el Mar del Norte. La capacidad de la red eléctrica es limitada, y no resulta posible integrar de manera rentable el potencial total de 70 GW de energía eólica. Poner el foco en el hidrógeno y en el uso de la red de gas a alta presión puede ser una solución para transportar las moléculas renovables a través de la extensa red de gasoductos.
2. Los Países Bajos necesitan hidrógeno para descarbonizar sectores donde la electrificación directa no es una opción. Entre ellos, por ejemplo, la industria del acero.
3. También para el almacenamiento estacional y los períodos en los que hay poca energía eólica y solar disponible en el noroeste de Europa. Recordemos que entre las ventajas del hidrógeno está el hecho de que se puede almacenar a presión en cavernas de sal existentes y en campos de gas agotados.
Los Países Bajos necesitan hidrógeno para descarbonizar sectores donde la electrificación directa no es una opción
A todo esto podemos añadir que los Países Bajos se encuentran entre los países con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero per cápita de Europa. Esta hoja de ruta ayudará a cumplir un objetivo declarado: reducir, para 2030, las emisiones en un 55 % en relación con los niveles de 1990.
Además de aprovechar el potencial de energía sostenible que presenta el Mar del Norte, su ubicación geográfica y la fortaleza de puertos como el de Rotterdam, pueden ayudar al país a convertirse en un hub importante para la importación y exportación europea de hidrógeno.
Esta hoja de ruta ayudará a reducir, para 2030, las emisiones en un 55% en relación con los niveles de 1990
Junto a esta hoja de ruta, se han comprometido inversiones que permitirán financiar proyectos destinados a estimular la producción de hidrógeno verde y encontrar formas de utilizar el combustible en la industria.
Un consorcio de empresas de energía y tecnología están implementando el proyecto PosHYdon, que pretende crear la primera planta de producción de hidrógeno verde del mundo ubicada en alta mar.
PosHYdon integrará tres sistemas de energía en el Mar del Norte (energía eólica marina, gas marino e hidrógeno marino) en una planta. En ella, el agua de mar se convierte en agua desmineralizada y posteriormente en hidrógeno verde a través del proceso de electrólisis. Después se mezclará con gas y se transportará a través de un gasoducto existente.
El electrolizador, de 1MW, producirá un máximo de 400 kilogramos de hidrógeno verde cada día.
NortH2 es otro de los proyectos estrella de Países Bajos, un consorcio formado por cinco empresas (Equinor, Gasunie, Groningen Seaports, RWE y Shell Nederland) que han puesto su mirada en la producción de hidrógeno verde a gran escala utilizando energía eólica marina. Planean alcanzar hasta 4 gigavatios de hidrógeno verde para 2030, pudiendo convertirse en el proyecto de energía eólica a hidrógeno más ambicioso de Europa. En su primera fase, se propone construir importantes parques eólicos en el Mar del Norte, en alta mar. El primero de ellos estaría operativo en 2027.
Asimismo, pretende construir una gran planta de electrolizadores en Eemshaven, donde la energía eólica se convertiría en hidrógeno. Por otro lado, el consorcio busca crear una red inteligente de almacenamiento y transmisión en los Países Bajos y el noroeste de Europa para transportar un millón de toneladas métricas de hidrógeno verde, sobre todo dedicado a la industria y a consumidores de gran volumen.
Las previsiones más optimistas estiman que la producción de hidrógeno verde sea de alrededor de 800.000 toneladas anuales para el año 2040. De ser así, se dejarían de emitir unas 7.000 toneladas de CO₂ al año.