La digitalización, el impulso necesario para completar la transición energética

11 septiembre, 2020

La digitalización y la innovación permiten afrontar con garantías una situación inédita, donde se une una transición hacia un nuevo modelo energético, una crisis sanitaria mundial y una gran incertidumbre económica y social

Las sociedades avanzadas se hallan en una fase de transición energética hacia un modelo donde se abandonan las formas tradicionales de producción, y se abrazan nuevas formas de generación. Un modelo en el que la energía procede, fundamentalmente, de fuentes renovables.

Este cambio de modelo surge motivado por el impacto, negativo, que el sistema actual está causando en el planeta, como consecuencia del consumo descontrolado, los procesos productivos convencionales y la propia actividad humana.

La Unión Europea ya ha marcado a los países que la conforman diferentes objetivos para 2020, 2030 y 2050. Objetivos que se centran sobre todo en la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, así como en el incentivo del uso de fuentes renovables en la producción de energía.

En el caso de España, el Gobierno ya ha enviado a las Cortes el primer proyecto de Ley de Cambio Climático, cuyo texto articula la respuesta al desafío del cambio climático, en línea con lo que plantea el Pacto Verde Europeo.

Para las empresas energéticas, esta transición es, probablemente, el mayor desafío al que han hecho frente en su historia, a pesar de que hace tiempo que trabajan en ella. Durante años han estado inmersos en encontrar soluciones para buscar nuevas formas de generación energética limpia y, para ello, han tenido que abordar procesos de transformación profundos que les permitiesen adaptar sus procesos y recursos al nuevo paradigma.

Desde la búsqueda de la eficiencia a través de la innovación hasta la adaptación y preparación de sistemas, infraestructuras y profesionales. En este proceso de cambio, la digitalización ha sido una palanca de cambio fundamental que ha impulsado todo ello mediante el uso de soluciones digitales. Estas soluciones mejoran la toma de decisiones a partir de la analítica del dato y la automatización de procesos, la mayor conectividad que optimiza la gestión de infraestructuras, y también el refuerzo de una cultura basada en la innovación, las nuevas formas de trabajar y la agilidad en la transformación.

 

Pero ahora, la crisis sanitaria supone un gran desafío. A pesar de ello, en el ámbito de la transición ecológica parece que no hay cambio de planes. En el caso de España, el Gobierno ya ha enviado a las Cortes el primer proyecto de Ley de Cambio Climático, cuyo texto articula la respuesta al desafío del cambio climático, en línea con lo que plantea el Pacto Verde Europeo.

¿Y qué puede hacer el sector energético cuando se producen al mismo tiempo un cambio de modelo, una crisis sanitaria y una gran incertidumbre económica y social? Seguir apostando por la digitalización y por el desarrollo tecnológico. No cabe duda de que la cultura de la innovación y  la disponibilidad de herramientas y tecnologías han sido de gran utilidad para hacer frente a la crisis, al mismo tiempo que se ha seguido impulsando la transición energética.

La agencia internacional de la energía (IEA) afirma que “las tecnologías clave se conocen, pero no todas están listas”, y apunta a cuatro enfoques tecnológicos necesarios para generar emisiones netas cero:

  • La electrificación de sectores de uso final como la calefacción y el transporte
  • La aplicación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono
  • El uso de hidrógeno con bajo contenido de carbono y combustibles derivados del hidrógeno
  • La utilización de la bioenergía

La transformación digital de las compañías y la innovación resultan fundamentales para ayudar al desarrollo y adopción de tecnologías aún inmaduras pero esenciales para cumplir con los compromisos adquiridos. Para la AIE, “cada una de estas áreas enfrenta desafíos para lograr que todas las partes de su cadena de valor sean comercialmente viables en los sectores donde la reducción de emisiones es más difícil. En un momento en que se necesita urgentemente una innovación más rápida, la pandemia del Covid-19 ha supuesto un gran revés”.

La digitalización ha sido una palanca de cambio fundamental que ha impulsado todo ello mediante el uso de soluciones digitales.

Por el momento, las empresas mantienen su apuesta por la digitalización. Entre otras razones, porque tienen clara la necesidad de seguir impulsando la adaptación rápida y ágil de sus organizaciones a los nuevos retos que presente el mercado energético. También porque conocen  las ventajas que aportan- en términos de eficiencia en procesos y  ahorro de costes- la inteligencia artificial, la analítica del dato, la automatización de procesos o las tecnologías que permiten la comunicación entre redes, medidores inteligentes y dispositivos de Internet de las Cosas.