El hidrógeno renovable es un vector energético que puede ayudar a Irlanda a alcanzar un desarrollo más sostenible. Producido a partir de fuentes renovables, el hidrógeno verde genera cero emisiones de CO2, convirtiéndolo en un combustible limpio clave para la transición energética.
La condición insular de Irlanda le confiere una mayor relevancia a esta opción para un país que puede aprovechar las posibilidades de almacenamiento y transporte de energía renovable que brinda este nuevo vector energético.
La República de Irlanda presentó en julio de 2023 su primera estrategia nacional de hidrógeno con la intención de producir suficiente hidrógeno renovable para sus propias necesidades y para la exportación.
En dicho documento también se destaca la posibilidad de producción de hidrógeno azul a partir de gases fósiles con captura y almacenamiento de carbono; pero es en los vastos recursos de energía eólica marina donde se centrarán los esfuerzos.
El hidrógeno renovable es un vector energético que puede ayudar a Irlanda a alcanzar un desarrollo más sostenible
La estrategia supone una guía que da certezas a los inversores y a la industria energética, que ha establecido un objetivo de 2 GW de energía eólica marina dedicados a producir hidrógeno verde en 2030. El ministro de Medio Ambiente y Clima, Eamon Ryan, considera que el país puede lograr sus objetivos de alcanzar un sistema energético seguro y neutro en carbono, así como convertirse en un exportador de energía con su exceso de capacidad renovable.
La isla es una reconocida potencia tecnológica, marcada por la innovación, lo cual puede ayudar a desarrollar una economía del hidrógeno sólida. A su vez, este liderazgo supone un reto energético y ambiental: la instalación de centros de datos para la pujante industria del software, que requieren grandes cantidades de electricidad para operar, no para de crecer. Las autoridades ya han puesto el foco en este problema y en algunos casos, como en el condado Offaly, ya se están realizando estudios de viabilidad para alimentar los centros de datos con hidrógeno verde; un paso clave para garantizar la sostenibilidad de la industria informática.
En ese plano energético, Irlanda cuenta con un sector gasista importante, gracias a varios yacimientos de gas natural, lo que podría permitir al país aprovechar toda esa infraestructura para desarrollar el sector del hidrógeno, reconvirtiendo algunos de sus almacenes y gasoductos. Ya existen proyectos destinados al almacenamiento de hidrógeno, como “Green Hydrogen @ Kinsale”, un almacén costero en Cork que podría albergar el equivalente al 10 % del consumo actual de electricidad del país en un año.
Irlanda presentó en julio su primera estrategia nacional de hidrógeno con la intención de producir suficiente hidrógeno renovable para sus propias necesidades
De todos modos, como se indica en la estrategia nacional de hidrógeno del gobierno irlandés, el país tiene un punto de partida diferente a otros muchos países europeos en los que ya se produce y consume hidrógeno gris (el derivado de combustibles fósiles). Por ello, el desafío es mayor al tener que desarrollar y escalar un sector que actualmente no existe, sin centros de producción ni usos finales.
De todos modos, en los últimos años se han realizado importantes esfuerzos para impulsar las energías renovables. Las costas irlandesas son emplazamientos privilegiados para la instalación de parques eólicos, así como sus aguas, propicias para la producción de parques eólicos marinos. La costa oeste irlandesa tiene más días en los que sopla el viento que cualquier otro lugar de Europa, con un potencial mínimo estimado de 50 gigavatios de producción.
La estrategia nacional prevé dar los primeros pasos en el uso de hidrógeno renovable en el transporte pesado, y aunque no especifica acciones políticas inmediatas (como subvenciones o apoyo financiero), sí ofrece una hoja de ruta con 21 acciones hasta el año 2030. Estas acciones incluyen la publicación de ubicaciones probables de centros de producción o el desarrollo de modelos comerciales para respaldar el impulso del sector, entre otras; confiando en que las características del país y los costes competitivos impulsen la economía del hidrógeno en la isla.
La versatilidad del hidrógeno verde supone una oportunidad para un país pequeño y con una economía diversificada. El hidrógeno renovable es fácil de almacenar y tiene un alto potencial para descarbonizar los sectores más complejos de electrificar, como la industria pesada o la logística.
La producción a partir de fuentes renovables como la energía solar o la eólica, convierte al hidrógeno verde en 100 % sostenible. No emite gases contaminantes ni residuos durante su producción ni en su utilización, solo emite vapor de agua. Así, resulta un aliado de excepción para alcanzar los objetivos de sostenibilidad de la Unión Europea.
El país, por su parte, también tiene sus propios planes para completar la visión de futuro de la UE en este sentido. Su ‘National Energy and Climate Plan’ detalla diversas acciones para conseguir la neutralidad de carbono en 2050, incluyendo la generación del 70 % de la electricidad con fuentes renovables en 2030.
La versatilidad del hidrógeno verde supone una oportunidad para un país pequeño y con una economía diversificada
Por todo lo anterior, ya hay proyectos en marcha. Bantry Bay es la localización de uno de ellos, que podría estar operativo en 2028. Con una capacidad de producción estimada de 2,7 GW de hidrógeno renovable en una primera fase y, posteriormente, la producción de amoníaco verde con parte de ese hidrógeno.
Aunque el desarrollo de este tipo de proyectos es siempre complejo, la política económica de Irlanda podría suponer una ventaja para ello. La promoción de la inversión extranjera es una prioridad para el Gobierno irlandés, con organismos como la IDA (Irish Development Agency) para la atracción de multinacionales y startups.
Las ventajas fiscales también pueden ser un atractivo para un gran número de empresas extranjeras que quieran apostar por un país donde la producción de hidrógeno renovable puede ser muy competitiva desde el punto de vista económico.
La producción de hidrógeno verde para la exportación es una de las tres razones estratégicas de Irlanda para desarrollar este sector, junto con la descarbonización de la economía y el fortalecimiento de la seguridad energética. Dado que muchos países europeos han identificado la necesidad de importar hidrógeno renovable para satisfacer sus propias necesidades de descarbonización a largo plazo, Irlanda puede posicionarse como un mercado estratégico en el que abastecerse, gracias a sus ingentes recursos de energía eólica.
Irlanda puede emplear el hidrógeno verde para almacenar energía renovable y garantizar así la independencia de un sistema energético que depende en un 77 % de las importaciones de combustibles fósiles. Con una capacidad eólica suficiente para abastecer varias veces al país entero, el hidrógeno supone la mejor alternativa para hacer el sistema más seguro, asequible y sostenible.