El Reino Unido traza su particular “revolución industrial verde”

3 diciembre, 2021

Se fija como meta que para 2050 entre el 20 % y 35 % del consumo de energía esté basado en el hidrógeno como nuevo vector energético

El camino del Reino Unido para alcanzar la neutralidad climática ya está fijado. La estrategia de su Gobierno para reducir al máximo los gases contaminantes es clara y tiene como gran protagonista al hidrógeno. 

Su hoja de ruta propone toda una revolución industrial verde a corto plazo. Hasta el punto de que aspira a posicionar al país como líder internacional en el impulso de la tecnología del hidrógeno, para lo cual, quiere alcanzar 5GW de capacidad de producción de hidrógeno bajo en carbono para 2030.

Los datos aportados por el Gobierno británico estiman que una economía del hidrógeno competitiva podría alcanzar un valor de 900 millones de libras, a la par que crearía cerca de 10.000 puestos de trabajo de calidad para 2030. De consolidarse, la evolución podría ser exponencial y se habla de que en 2050 podría llegar a emplear a 100.000 personas y tener un valor de hasta 13.000 millones de libras.

El Gobierno británico estima que una economía del hidrógeno competitiva podría crear cerca de 10.000 puestos de trabajo de calidad para 2030

Generación de hidrógeno verde y azul 

El enfoque del Reino Unido incluye la generación y almacenamiento de hidrógeno verde e hidrógeno azul. En su hoja de ruta se hace hincapié en la necesidad de reducir los costes de ambos para fomentar su despliegue.

La producción de estos dos tipos de energía parte de diferentes procesos. En el caso del hidrógeno verde se trata de un gas 100 % limpio, ya que recurre a corriente eléctrica a partir de fuentes renovables para separar el hidrógeno del oxígeno del agua. El azul, en cambio, implica la producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles con la adición de captura y almacenamiento de CO₂. 

El Gobierno británico ha mencionado explícitamente al hidrógeno azul como una parte fundamental de su estrategia y defiende que se realicen las inversiones necesarias en tecnología para producirlo. 

En caso de que la utilización final del hidrógeno sea el aprovechamiento de su energía para la producción del calor, sí que resulta posible su mezcla con el gas natural (blending) en la red gasista para el transporte conjunto y uso en el punto de consumo. La estrategia de Reino Unido propone mezclar un 20 % de hidrógeno en el suministro de gas existente, una medida que se traduciría en una reducción de las emisiones del 7 % en el suministro. 

Objetivos fijados y proyectos innovadores 

La línea trazada por las autoridades aspira a que en 2050 entre el 20 % y 35 % del consumo de energía en Reino Unido esté basado en el hidrógeno. Esta fuente de energía sería por tanto un pilar esencial en el objetivo marcado por esta nación para llegar a cero emisiones netas en ese año.  

El hidrógeno sería esencial en el objetivo marcado por el Reino Unido para llegar a cero emisiones netas en 2050

Es evidente que el camino ha de ser gradual y por ello tiene fijadas algunas metas intermedias, como reducir las emisiones en torno al 68 % en 2030 y al 78 % en 2035.  

También cuenta con varios proyectos innovadores en marcha: 

  • Transformación del gas natural: el proyecto Acorn Hydrogen recurre a una infraestructura de petróleo y gas de Escocia para producir hidrógeno bajo en carbono a partir de gas natural del Mar del Norte.
  • Descarbonizar la fabricación de cemento: la firma galesa Hanson Cement está llevando a cabo pruebas en su proceso de producción que demuestra cómo empleando el hidrógeno que procede de energías renovables se puede ayudar a descarbonizar la fabricación de cemento.
  • Sustituir una caldera industrial de gas por hidrógeno: Unilever junto con Progressive Energy están trabajando para sustituir una caldera de gas natural por hidrógeno en Port Sunlight (Inglaterra). 
  • Autobuses con combustible de hidrógeno: la compañía Wrightbus ha apostado en Irlanda del Norte por autobuses de pila de combustible de hidrógeno, cuya investigación y desarrollo cuenta con financiación pública.

Son los primeros pasos que Reino Unido está dando para fijar los cimientos sobre los que desarrollar una economía del hidrógeno. Todo un desafío que requiere de una estrecha colaboración público-privada con la industria y donde la investigación y la innovación jugarán un papel determinante.