El hidrógeno, eje central del proyecto de transición energética de China

5 agosto, 2020

Actualizado: 7 de octubre de 2024

 

  • China ha desarrollado un plan a 10 años orientado a reestructurar su industria y convertirse en líder de la tecnología energética mundial, por delante de Europa, Japón y Estados Unidos
  • Los esfuerzos en el uso de hidrógeno están dirigidas, en gran medida, al desarrollo de soluciones para el transporte
  • El Gobierno dejará de subvencionar vehículos eléctricos en favor de vehículos impulsados por hidrógeno

 

El desarrollo económico en China ha supuesto un reto para el sector energético, que los dirigentes afrontan con entereza, en términos de seguridad de suministro, contaminación ambiental y emisión de gases de efecto invernadero. 

China ha otorgado prioridad a la investigación y al desarrollo en hidrógeno y áreas de celdas de combustible, como una de las contramedidas efectivas para abordar estos desafíos.

El gobierno chino ve en el hidrógeno una oportunidad para cumplir con los objetivos climáticos y de contaminación sin la necesidad de aumentar la dependencia de los combustibles importados.

Además, considera que el hidrógeno abre una nueva vía para desarrollar productos manufacturados de tecnología limpia que posteriormente podrá exportar a otros países. Sus previsiones oficiales contemplan que el hidrógeno representará el 10% de su sistema energético para 2050.

China es ya el mayor productor de hidrógeno del mundo. No resulta sorprendente que China sea el líder mundial en hidrógeno, teniendo en cuenta su capacidad productiva y su densidad de población. Pero sí resulta interesante entrar a valorar sus avances para hacer del hidrógeno un componente clave en su combinación energética, porque es el principal consumidor de energía de Asia y busca, entre otras cosas, limpiar sus cielos. 

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El gobierno chino ve en el hidrógeno una oportunidad para cumplir con los objetivos climáticos y de contaminación sin la necesidad de aumentar la dependencia de los combustibles importados.

Especialmente, sus esfuerzos están orientados al desarrollo de soluciones para el transporte. Los automóviles con celdas de combustible de hidrógeno consumen hidrógeno en forma de gas comprimido y utilizan un proceso de combustión limpia que produce vapor de agua como subproducto principal. 

Una transición energética planificada desde hace años

En el año 2014, el presidente Xi Jinping pidió «cuatro revoluciones» para la energía. Desde entonces, el país se ha enfocado en el desarrollo de un sistema energético limpio, bajo en carbono, seguro y eficiente. En 2015, el gobierno publicó la iniciativa ‘Made in China 2025’. Se trataba de un plan a diez años para impulsar y reestructurar su industria, para pasar de una era de cantidad a una nueva era de calidad y eficiencia en la producción. En ese plan se incluía el hidrógeno como tecnología clave para su implantación en el mercado de vehículos.

A finales de 2022, China publicó su plan nacional sobre el hidrógeno para el periodo 2021-2035. El documento prevé, entre otras cosas, que para 2030, la demanda de hidrógeno alcance las 35 millones de toneladas. Del mismo modo, se espera que China continental haya instalado 2,5 GW de capacidad de electrolizadores para finales de 2024, lo que bastaría para superar el objetivo anual de producción de hidrógeno verde del país un año antes de lo previsto, según un análisis de Rystad Energy. La capacidad que se quiere instalar bastará para producir 220.000 toneladas de hidrógeno verde al año, frente al objetivo chino de 200.000 toneladas que debería alcanzarse a finales de 2025.

Teniendo en cuenta la historia reciente del gigante asiático, es más que probable que se alcancen estos ambiciosos objetivos.