En la búsqueda de una transición energética sostenible, el hidrógeno renovable se presenta como una solución prometedora para Canadá, un territorio con vastos recursos naturales y un firme compromiso con la reducción de emisiones.
Este país tiene grandes posibilidades de convertirse en una potencia en la producción y uso de hidrógeno renovable. Con una economía diversa y próspera, estabilidad financiera y liderazgo en innovación, Canadá es un importante productor de petróleo y gas natural que también ha apostado por la inversión en fuentes de energía renovable.
El hidrógeno es un gas que se puede obtener a partir de fuentes renovables como la energía eólica o la hidroeléctrica. Entre sus ventajas se encuentra que es una fuente de energía limpia muy versátil, pudiéndose utilizar en sectores que actualmente dependen de los combustibles fósiles, como el transporte o la industria.
Canadá es un importante productor de petróleo y gas natural que también ha apostado por la inversión en fuentes de energía renovable
Canadá cuenta con una infraestructura de gas natural y una industria química bien establecida, condiciones que pueden facilitar una transición hacía una economía del hidrógeno.
Su gobierno es consciente de la importancia del hidrógeno renovable en su futuro como país, y ha anunciado una serie de iniciativas para promover su desarrollo. A finales de 2020 se lanzó la Estrategia del Hidrógeno para Canadá, donde se estableció un marco para la producción, distribución y uso del hidrógeno verde en todo el país. El Ministerio de Recursos Naturales estima una inversión de hasta 7.000 millones de dólares canadienses en el corto plazo para hacer crecer la industria nacional del hidrógeno.
El Gobierno también planea inversiones por valor de 1.500 millones de dólares canadienses para apoyar proyectos con combustibles limpios (incluido el hidrógeno renovable) y, de manera complementaria, se está trabajando en estándares para la producción y uso del hidrógeno para garantizar su calidad y seguridad.
Canadá cuenta con una infraestructura de gas natural y una industria química bien establecida, condiciones que pueden facilitar una transición hacía una economía del hidrógeno
Adicionalmente, se están desarrollando planes estratégicos a nivel provincial, como en Columbia Británica, con su programa Clean BC, para alcanzar la neutralidad climática en 2050. En el mismo se recoge su estrategia para provechar la ubicación del territorio (con fácil acceso a los mercados asiáticos) y su potencial gasista para exportar hidrógeno azul y verde.
Desde el sector privado también se está acelerando la inversión en proyectos relacionados con el hidrógeno limpio; como la creación de 40 estaciones de repostaje de hidrógeno, situadas estratégicamente entre Quebec y Vancouver, a cargo de la empresa canadiense Quantum Technology.
La industria canadiense también se ha fijado en este vector energético y ha iniciado proyectos de producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables, así como de tecnologías para almacenar y distribuir este gas renovable.
Los planes de Canadá en esta materia podrían verse reforzados por su vecino y principal potencia económica mundial, Estados Unidos, que también cuenta con un ambicioso programa para liderar la economía del hidrógeno.
La industria canadiense se ha fijado en este vector energético y ha iniciado proyectos de producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables
Así, toda Norteamérica se está posicionando en este sentido, ya que México también cuenta con planes y buenas condiciones para convertirse en un hub de hidrógeno. Los tres países acordaron colaborar en diferentes ámbitos para combatir la crisis climática en la última Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada los días 9 y 10 de enero de 2023. En virtud de los acuerdos alcanzados, las tres naciones se han comprometido a desarrollar un mercado norteamericano de hidrógeno renovable, cooperando en I+D y promoviendo proyectos conjuntos.
Estas no son las únicas relaciones internacionales que está llevando a cabo Canadá en este sentido, ya que el país también ha firmado un acuerdo para suministrar hidrógeno a Alemania a partir de 2025 y que cuenta con el visto bueno de la Comisión Europea. En palabras de Ursula Von der Leyen, las oportunidades son ilimitadas y la UE debe expandir su cooperación con Canadá para impulsar esta energía del futuro. El acuerdo con Alemania podría impulsar una red trasatlántica de transporte de hidrógeno renovable que aprovecharía las crecientes exportaciones de GNL del país norteamericano como un paso previo para exportar hidrógeno.
La economía del hidrógeno representa una oportunidad para Canadá, un país que se encuentra en una posición inmejorable para aprovechar todo el potencial que le brinda este vector energético. No sólo a nivel energético y económico, sino como un pilar para reforzar la sostenibilidad y proteger su exuberante riqueza natural.