Que más del 70 % de la superficie del planeta esté cubierta por agua o que, en promedio, dos tercios del cuerpo humano estén compuestos también por agua son dos cifras que hablan por sí solas de la importancia que tiene este líquido para nuestra existencia. Sin embargo, este recurso se enfrenta a desafíos tan grandes como la contaminación de los sistemas acuáticos -océanos y ríos, principalmente-, la desaparición de humedales o los periodos cada vez más prolongados de sequía.
Es en ese contexto que surge water positive, un modelo de gestión que busca preservar el agua, optimizar su consumo, contribuir a su revitalización y crear conciencia sobre la necesidad de ser responsables con su uso. Se podría considerar esta idea como el equivalente a la neutralidad de carbono (reducir o compensar las emisiones de CO₂ para que sean igual a cero), pero con el agua.
Water positive es el equivalente a la neutralidad de carbono, pero con el agua
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, si nada cambia, en el año 2030 cerca del 50 % de la población mundial vivirá en zonas con un estrés hídrico severo. Esto significa que tendrán problemas graves para obtener el agua necesaria para su subsistencia, con todo lo que ello supone en términos de salud, bienestar, economía y conservación del entorno. Por ello, resulta necesaria la adopción de enfoques como el de water positive en todos los niveles de la sociedad.
Para ser water positive y contribuir con soluciones reales a problemas como la escasez de agua es necesario empezar a emplearla de una forma más eficiente. Algunas de las opciones más prácticas y que están al alcance de los entornos empresariales y domésticos son, además de utilizar únicamente la necesaria, la incorporación de técnicas de recolección del agua sobrante en aquellos procesos que lo permitan, la disminución del caudal en los grifos, la instalación de sensores en los sistemas de riego o la utilización de dispositivos o electrodomésticos eficientes.
El concepto de water positive va más allá de un consumo racional de los recursos hídricos. Busca, también, mejorar su calidad mediante iniciativas como la restauración de ecosistemas acuáticos, la recarga de acuíferos, la promoción de prácticas sostenibles de gestión hídrica, la protección de humedales y/o el mantenimiento de instalaciones en la cadena de valor del agua, entre otras.
Para ser water positive y contribuir con soluciones reales a problemas como la escasez de agua es necesario empezar a emplearla de una forma más eficiente
La relación entre water positive y transición energética es mucho más estrecha que el mero hecho de compartir un objetivo de sostenibilidad. En el campo de la energía existen procesos que implican la utilización de agua, por lo que la adopción de un enfoque water positive en un sector tan relevante puede aportar grandes beneficios medioambientales. Algunos ejemplos son:
En definitiva, el concepto water positive se está convirtiendo en la revolución del agua. Utilizarla eficientemente es la clave y garantizar que las generaciones futuras la puedan disfrutar es el objetivo.