El pasado mes de julio, el Ministerio de Economía y Desarrollo de Alemania publicó la actualización de su Estrategia Nacional de Hidrógeno, con medidas que reflejan la decidida apuesta del país por este vector energético.
La estrategia alemana de hidrógeno inicial, que se presentó en 2020, sigue siendo válida para el país germano, aunque esta actualización denota una mayor ambición para hacer frente a los nuevos desafíos y a la coyuntura del mercado.
La anterior estrategia se desarrolló en un entorno en el que la economía del hidrógeno se encontraba en una etapa muy embrionaria. Desde entonces, el interés ha ido creciendo en diversas partes del mundo, con estrategias y planes nacionales destinados a aprovechar las ventajas de este vector energético.
En estos momentos, en los que sigue siendo necesario un impulso por parte de administraciones públicas y empresas, las alternativas que ofrece el hidrógeno renovable para la producción, almacenamiento y transporte de energía limpia; así como para la reindustrialización y el crecimiento económico, son muy tentadoras.
Las alternativas que ofrece el hidrógeno renovable para la producción, almacenamiento y transporte de energía limpia son muy tentadoras
Por este motivo, Alemania asume su liderazgo económico y energético en una Europa que quiere alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Y el hidrógeno renovable es uno de los protagonistas de las transformaciones que están por venir.
La actualización de la Estrategia Nacional alemana presenta una serie de acciones destinadas a asegurar la disponibilidad, ampliar las infraestructuras y establecer aplicaciones concretas del hidrógeno en tres horizontes temporales: a corto (hasta 2024), medio (entre 2024 y 2026) y largo plazo (entre 2026 y 2030).
Entre los principales cambios en esta actualización de la Estrategia Nacional de 2020 está el incremento del objetivo de capacidad instalada de electrólisis para la producción de hidrógeno verde, que pasa de los 5 GW previstos inicialmente a 10 GW para el año 2030.
Alemania asume su liderazgo económico y energético en una Europa que quiere alcanzar las cero emisiones netas en 2050
Para lograrlo, este mismo año se van a aprobar diferentes ayudas estatales e incentivos a la inversión para incrementar la capacidad instalada, así como una ley de energía eólica offshore que pretende licitar 500 MW anuales de electrólisis hasta 2028.
Este incremento de la producción responde a unas estimaciones de demanda que se sitúan entre 95 y 130 TWh, aunque entre el 50 % y el 70 % de ellos se cubrirían con importaciones de hidrógeno y sus derivados.
Alemania contempla la importación por vía marítima, mediante buques metaneros convertidos para el transporte de hidrógeno. Ya se están cerrando acuerdos con diferentes países exportadores que cumplan con los estándares de sostenibilidad, a través de plataformas como H2Global (una plataforma para el comercio internacional de hidrógeno verde y sus derivados, posteriormente abierto a todos los miembros de la UE).
Se pretende reforzar la cooperación con otros países del entorno para aprovechar todo el potencial de generación de hidrógeno renovable
En los próximos años se pretende reforzar la cooperación con otros países del entorno para aprovechar todo el potencial de generación de hidrógeno renovable. Algunas regiones del continente, como el Mar del Norte o los países del sur de Europa presentan condiciones muy interesantes para la producción de un gas renovable que podría fluir por toda Europa mediante diferentes modalidades de importación.
El gobierno federal apoya la construcción de ductos de hidrógeno y la conversión de gasoductos para transportar hidrógeno en el marco del denominado backbone europeo. Estos corredores por toda Europa se desarrollarán en el medio plazo con un marcado carácter cooperativo transfronterizo, en diálogo con otros Estados Miembros, socios del Espacio Económico Europeo como Noruega o países limítrofes como Ucrania, Marruecos o Reino Unido.
H2Med, en el que participa Alemania con España, Francia y Portugal, es un buen ejemplo de este tipo de colaboraciones
El corredor de hidrógeno renovable H2Med, en el que participa Alemania con España, Francia y Portugal, es un buen ejemplo de este tipo de colaboraciones. Esta infraestructura conectará la oferta de la Península Ibérica con los centros de demanda en Alemania, y tendrá una capacidad para transportar el 10 % del consumo previsto en Europa. El proyecto cuenta con el impulso de Enagás por la parte española junto con los Transmission System Operators (TSO) del resto de países.
La importación de hidrógeno renovable depende de otro tipo de infraestructuras, en las que esta Estrategia Nacional también pone el foco. Entre las medidas a adoptar en este sentido se encuentra, por ejemplo, el requisito de que las plantas de Gas Natural Licuado (GNL) por construir se puedan convertir posteriormente para su empleo en las importaciones de hidrógeno y sus derivados.
Otro de los objetivos de la Estrategia Nacional de Hidrógeno de Alemania va a ser contar con más de 1.800 km de red de transporte de hidrógeno antes de 2028. De este modo se podrán conectar las principales zonas de demanda con los nodos de importación y los centros de producción. Para lograrlo, buena parte de estos hidroductos se materializarán con la conversión de gasoductos que en la actualidad se dedican al transporte de gas natural.
La producción e importación de hidrógeno van a ser claves para cumplir la visión alemana sobre su futuro energético sostenible. Pero el almacenamiento y transporte de este gas renovable también jugará un papel muy relevante.
Otro punto fundamental para que la estrategia del hidrógeno renovable sea una realidad se encuentra en la parte administrativa. La agilización de trámites, el desarrollo de sistemas de certificación, las labores de I+D+i, los mecanismos de financiación o la formación profesional especializada se contemplan como medidas fundamentales para sentar las bases de un despliegue exitoso de la economía del hidrógeno.
Alemania cuenta con la determinación de aprovechar todo el potencial del hidrógeno renovable
Entre las medidas que se contemplan en los próximos años se encuentra el desarrollo de procedimientos de aprobación para instalar hidrogeneras, el establecimiento de cuotas en diferentes sectores para el uso de hidrógeno o el desarrollo de sistemas de certificación y la elaboración de especificaciones para el producto; así como el desarrollo de una hoja de ruta tecnológica y de innovación para el hidrógeno.
Alemania cuenta con la determinación de aprovechar todo el potencial del hidrógeno renovable. La actualización de su Estrategia Nacional identifica algunos usos prioritarios; concretamente, en algunos de los sectores más difíciles de descarbonizar:
Además, aunque no se prevé una amplia utilización del hidrógeno para la calefacción, la conversión de las redes gasistas conllevará la regulación y desarrollo tecnológico de calderas descentralizadas de hidrógeno. La Estrategia Nacional de Hidrógeno de Alemania plantea, de manera inminente, la evaluación del potencial para utilizar el calor residual de los electrolizadores.
Aunque la apuesta más destacada de la principal economía de la UE es por el hidrógeno verde, según su Estrategia, el país prevé utilizar también otros colores como el azul (generado a partir de gas natural y con captura de CO2) hasta que haya suficiente oferta de hidrógeno renovable. En definitiva, esta actualización de su estrategia presenta una visión clara a corto, medio y largo plazo, consciente de la necesidad de impulsar cambios que pueden ser complejos, pero determinantes para un futuro sostenible.