La transición energética tiene en el hidrógeno un aliado de excepción para descarbonizar la economía. Aunque la electrificación va a ser relevante para alcanzar los objetivos europeos de neutralidad climática, el hidrógeno va a ser decisivo para aquellos casos en los que la electrificación no resulta la mejor opción, como el transporte marítimo o la industria intensiva.
España es uno de los países que más posibilidades tiene para ocupar un papel destacado en el desarrollo de este nuevo vector energético, principalmente por su excelente ubicación geográfica y por la existencia de una potente red de infraestructuras gasistas que pueden ser la base de la futura red de hidrógeno.
Nuestro país se encuentra en un momento crucial, en el que debe aprovechar todo este potencial para promover la innovación, atraer inversiones y alcanzar un nuevo desarrollo industrial en torno a esta nueva cadena de valor. Y, al mismo tiempo, convertir al hidrógeno renovable en un aliado que permita reducir las emisiones, mejorar la calidad del aire y crear un futuro más sostenible. Todo ello, generando empleo y estimulando las economías locales.
España cuenta con múltiples atributos para posicionarse como el primer hub europeo del hidrógeno renovable. Se estima que puede tener una capacidad de producción de entre dos y tres millones de toneladas para el año 2030, cantidad que podría doblarse, según datos de Enagás.
España puede tener una capacidad de producción de entre dos y tres millones de toneladas de hidrógeno para el año 2030
A ello se suma que en el ámbito nacional, las energías renovables llevan experimentado desde hace décadas un gran crecimiento. Según los últimos datos disponibles de REE correspondientes al mes de marzo, nuestro país ocupa la tercera posición ─tras Alemania y Holanda─, en potencia instalada de energía solar en Europa; además de ser el segundo país de la UE, también después de Alemania, en potencia instalada eólica (nuestra principal fuente de electricidad, que representa un 22 % del mix). Unos datos realmente significativos ya que ambas energías son necesarias para la producción de hidrógeno renovable.
España tiene una posición estratégica para producir hidrógeno y suministrarlo al resto de Europa. Además de ser el nexo entre el continente europeo y el norte de África, su ubicación en la región mediterránea, así como su proximidad a Oriente Medio, pueden convertir a nuestro país en líder del mercado mundial del hidrógeno.
Otra de las fortalezas de España es su extensa red de transporte de gas natural que puede adaptarse para el hidrógeno renovable
Otra de las fortalezas de España es su extensa red de transporte de gas natural que puede adaptarse para el hidrógeno renovable. La coincidencia de los trazados actuales con la futura red de hidrógeno es del 80 %; y Enagás (operador del Sistema Gasista en España) ha identificado ya un 30 % de tramos en los que los gasoductos podrían transformarse en hidroductos.
El potencial de España para impulsar la economía del hidrógeno también está condicionado por la participación de empresas en todos los aspectos de la cadena de valor del mismo: producción, transporte, distribución, almacenamiento y uso.
En el caso de nuestro país, son muchas las compañías de energía, ingeniería, consultoría, construcción y formación punteras cuyo know how puede ser clave para impulsar su despliegue. También va a ser sumamente importante para llevar a buen puerto la creación de un gran hub del hidrógeno en España la colaboración entre todos los actores implicados.
Tenemos algunos claros ejemplos de colaboración entre instituciones públicas y privadas como los diversos Valles del Hidrógeno que se están promoviendo a lo largo y ancho de nuestra geografía.
El despliegue del hidrógeno se está apalancando en gran medida en estas localizaciones, que son las grandes zonas de consumo industrial. Por ejemplo, ya existen distintos proyectos de producción de hidrógeno de grandes consumidores industriales que han anunciado que cambiarán sus procesos de producción a este tipo de energía renovable. Precisamente estos consumidores industriales de gran envergadura, como las refinerías de petróleo, son un punto central de la planificación de la futura red de hidrógeno. Sin embargo, estos valles necesitan del desarrollo de infraestructuras que permita la conexión de los puntos de oferta con los de demanda.
Algunos ejemplos de proyectos colaborativos son el Corredor Vasco del Hidrógeno, que cuenta con la participación de 78 entidades públicas y privadas; o el Valle del Hidrógeno de Cataluña, con 100 participantes entre empresas, universidades, asociaciones, administraciones públicas y centros de investigación.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno plantea, entre otras cosas, unos ambiciosos objetivos nacionales para 2030 y para 2050, cuando el país espera alcanzar la neutralidad climática y tener un sistema energético 100 % renovable.
Además, el borrador de la primera actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), publicado a finales de junio, incrementa los objetivos para impulsar la producción y uso a gran escala de hidrógeno. Para ello ha establecido alcanzar una capacidad instalada de 11 gigavatios (GW) de electrolizadores para la producción de hidrógeno renovable en España para 2030 frente a los 4 GW que estaban diseñados en el plan aprobado hace tres años.
Y a nivel europeo, se han anunciado importantes planes para aumentar la producción (10 millones de toneladas) y el consumo de hidrógeno verde (20 millones de toneladas) de cara a 2030.
Además, el programa REPowerEU contempla el desarrollo de cinco corredores de hidrógeno que permitan conectar los distintos países productores con los centros de demanda. En este contexto, España no solo se sitúa como un potencial gran productor, sino que también tiene la capacidad para exportar a otros países de la UE.
Uno de los proyectos con los que España ha acaparado todas las miradas es el primer corredor de hidrógeno renovable en Europa. Conocido como H2Med, se trata de una infraestructura clave que permitirá transportar hasta 2 millones de toneladas de hidrógeno renovable al año. O lo que es lo mismo, el 10 % del consumo previsto en toda Europa.
H2Med permitirá transportar hasta 2 millones de toneladas de hidrógeno renovable al año
El corredor, impulsado por Enagás en España y los TSO franceses GRTgaz y Teréga, y con el portugués REN, incluye puntos de conexión con Portugal y con Francia. Y, además, cuenta con la participación de Alemania, por lo que el hidrógeno podría viajar hasta el centro de Europa desde la península.
Junto con H2Med, Enagás también presentó a los PCI’s (Proyectos de Interés Común de la Unión Europea) los dos primeros ejes de la Red Troncal Española de Hidrógeno.
Uno de ellos comprende el Eje de la Cornisa Cantábrica, Eje del Valle del Ebro y Eje Levante; y el otro es el Eje Vía de la Plata con su conexión con el Valle de hidrógeno de Puertollano. También presentó una propuesta para estudiar posibles almacenamientos subterráneos en País Vasco y Cantabria. Todos ellos han recibido una primera calificación técnica positiva por parte de la Comisión Europea para poder optar a financiación comunitaria.