Australia está demostrando un sólido liderazgo en el desarrollo de la industria del hidrógeno verde. Su abundancia de recursos renovables, unas políticas gubernamentales favorables y algunos proyectos ambiciosos posicionan a este país como un actor clave entre las economías que apuestan firmemente por la descarbonización.
De hecho, según un reciente estudio publicado por el gobierno australiano, el país posee una ventaja competitiva significativa en la producción de bienes intensivos en energía descarbonizada. Los bajos costes de la electricidad renovable, que se prevé sean aún más competitivos en el futuro, junto con la abundancia de recursos naturales, hacen de Australia un entorno muy favorable para, entre otros, el desarrollo de la industria del hidrógeno.
Australia posee una ventaja competitiva significativa en la producción de bienes intensivos en energía descarbonizada
Para aprovechar este potencial, el gobierno australiano ha implementado una serie de políticas y ha invertido significativamente en proyectos de hidrógeno verde con el objetivo de mejorar su posicionamiento en la industria de hidrógeno para el año 2030. Para ello promueve la eliminación de barreras de mercado, la estimulación de la oferta y demanda y la competitividad de los costes.
A pesar de las ventajas competitivas, la industria del hidrógeno verde en Australia se enfrenta a algunos desafíos. La reducción de los costes de producción, el desarrollo de infraestructuras de almacenamiento y transporte, y la creación de mercados estables son algunos de los obstáculos que deben superarse.
Las oportunidades son inmensas. Australia puede convertirse en un exportador de referencia de hidrógeno verde, creando empleos, impulsando la economía local y contribuyendo a la descarbonización global.
De hecho, CSIRO, la Agencia Nacional de Investigación australiana, estima para 2050 la creación de unos ocho mil empleos al año y una contribución de 11.000 millones de dólares al Producto Interno Bruto del país gracias a la industria del hidrógeno verde, que permitirá además reducir de forma importante los gases de efecto invernadero provocados por este país, uno de los más importantes emisores de carbono per cápita del mundo.
CSIRO estima para 2050 la creación de unos ocho mil empleos al año y una contribución de 11.000 millones de dólares al PIB de Australia gracias a la industria del hidrógeno verde
Del mismo modo, entre las prioridades del gobierno australiano se encuentra la creación de hubs de hidrógeno, que buscan incrementar la demanda local hasta conseguir que la industria se desarrolle a un nivel con el que el país pueda convertirse también en exportador de hidrógeno verde.
Estos hubs tienen como objetivos primordiales que se realice un desarrollo sostenible de las infraestructuras energéticas, potenciar economías de escala y promover sinergias con varios sectores entre los que se encuentra el transporte, la industria y las redes de distribución de gas con el objetivo de que usen hidrógeno, así como integrar las tecnologías del hidrógeno en los sistemas eléctricos.
Más allá de políticas de estímulo y sinergias, su Estrategia Nacional de Hidrógeno, publicada en 2019 y revisada en 2023, proporciona un marco sólido para el desarrollo de esta industria. Y el gobierno ya ha implementado una serie de medidas para fomentar la inversión, la innovación y la colaboración entre el sector público y privado.
De hecho, las autoridades australianas han invertido a día de hoy más de 770 millones de euros para acelerar la industria del hidrógeno. Más de un tercio de ese total se ha dirigido a la creación de siete centros industriales de hidrógeno verde en el interior del país.
Australia tiene en marcha varios proyectos de hidrógeno de grandes dimensiones, como el Asian Renewable Energy Hub, en Pilbara, Australia Occidental, donde se van a poner en marcha varias plantas con electrolizadores con una capacidad total de 14 GW. El proyecto, con un coste de 36.000 millones dólares estadounidenses, podría estar listo para 2027 o 2028.
Australia tiene en marcha varios proyectos de hidrógeno de grandes dimensiones
Del mismo modo, el primer ministro de Australia anunció en abril de este año una inversión de 420 millones de dólares en proyectos de hidrógeno y captura de carbono.
Cada vez existen más iniciativas como las que apuestan por la instalación de turbinas eólicas y paneles solares para generar hidrógeno verde, especialmente en el interior desértico del país oceánico, que cuenta con miles de kilómetros cuadrados con muchas horas de sol y un intenso y constante viento.
Precisamente una de estas zonas, la conocida como Australia meridional, es todo un ejemplo mundial en la apuesta por la sostenibilidad. En poco más de 15 años ha conseguido que el 74 % de su electricidad provenga de fuentes renovables. Su reto es conseguir ser productor neto de energía 100 % renovable para el año 2027, gracias a las condiciones de su terreno, el viento habitual de sus parajes y la radiación solar en este lugar. Todo ello amparado, además, por una adecuada regulación e inversiones estratégicas.