El mundo de la energía está en plena transformación para afrontar los retos que se le plantean. El cumplimiento de los objetivos climáticos, la necesidad de garantizar el suministro, la introducción de nuevas energías verdes como el hidrógeno o la globalización de las operaciones, son algunos de ellos.
La tecnología juega un papel crucial a la hora de abordar estos desafíos. El sector energético es tradicionalmente innovador y los últimos avances se abren paso para, entre otras cosas:
El uso de inteligencia artificial, del big data o del “Internet de las Cosas” es cada vez más habitual para configurar esos nuevos escenarios, como también lo es el empleo de blockchain; quizá, una de las tecnologías que va a facilitar –a modo de eje vertebrador- el despliegue de otras muchas.
Se conoce como blockchain o “cadena de bloques” a la tecnología de seguimiento de activos que facilita el registro de transacciones de una forma inmutable. Se trata de un proceso compartido donde todos los registros y transacciones están divididas en un gran número de bloques de información, por lo que no es posible alterar los activos. La cadena de bloques se basa en la confianza que aportan los millones de bloques que la componen, lo que aumenta la seguridad del activo, reduce los riesgos y los costes.
El blockchain es la tecnología de seguimiento de activos que facilita el registro de transacciones de una forma inmutable
La tecnología blockchain es una realidad ya en el sector energético y se postula también como un activo clave con un inestimable valor en su futuro. Tiene múltiples ventajas:
La tecnología blockchain es una realidad en el sector energético y se postula como un activo clave con un inestimable valor en su futuro
Información global del mercado energético
El proceso de la energía puede ser realmente complejo, con muchos pasos y diferentes actores. Por ejemplo, desde la extracción del gas en sus yacimientos, hasta la inyección en la red, hay todo un proceso: licuefacción, transporte, compra, venta, medición, distribución, etc.
Un sistema de información que pueda respaldar cada paso y ofrecer una visión integral de todo el proceso mediante blockchain puede ser de gran utilidad. Aporta agilidad, eficiencia, anticipación, transparencia, trazabilidad, colaboración y todo ello… sin necesidad de interacción humana.
Regulación, cumplimiento y comprobación
Las empresas energéticas deben cumplir una legislación muy exigente que requiere de la provisión de grandes cantidades de datos. Estos se deben recoger, comprobar y analizar, utilizando muchos recursos. En todo momento, es importante que los datos y la información no se vean comprometidos, ante posibles casos de filtraciones y otros fallos de seguridad.
En ambas circunstancias, el blockchain puede ser de gran ayuda, mediante una plataforma que permita compartir la información entre empresas y reguladores.
Acreditación del origen de la energía
Como tecnología inalterable que registra cada interacción, el blockchain puede garantizar el origen de la energía en tiempo real.
De este modo, las empresas y usuarios finales pueden asegurar que el suministro de energía es 100 % renovable. Así se puede, por ejemplo, garantizar el empleo de hidrógeno verde a través de todas las etapas de producción y distribución; y por tanto, la neutralidad de carbono.
Ciberseguridad
El sistema energético es vital para cualquier país. Existen y se utilizan diversos sistemas para garantizar esa seguridad. El blockchain ofrece un paso más. Por ejemplo, permite el almacenamiento de datos de forma distribuida —si se “ataca” un servidor no se pierde la información porque está en otros—, también necesita de una verificación por distintas partes para ciertas operaciones o la trazabilidad de todas las decisiones.
Criptomonedas
Las compras y ventas de energía podrían realizarse mediante el uso de criptomonedas, que es un dinero virtual basado en tecnología blockchain. De este modo, el proceso podría ser más transparente. Ya existen algunas pruebas en este sentido: las govcoins, por ejemplo, son criptomonedas estatales canjeables por servicios públicos, como la electricidad.
La transformación digital y sostenible del sector de la energía ya ha comenzado, con un marcado carácter innovador y tecnológico. Existen muchas formas de abordarla, pero sin duda, el blockchain va a ser una llave que permitirá abrir numerosas puertas en favor de la eficiencia, la transparencia y la seguridad.