El objetivo de lograr un planeta sostenible y neutro en carbono es posible pero exige de un compromiso global. La ONU insiste en que el futuro de la humanidad depende de la salud del planeta
El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra, una fecha marcada en el calendario para recordar la necesidad de avanzar hacia un modelo de vida más sostenible, que beneficie tanto a las personas como al planeta.
El año 2020 nos demostró que la acción sobre el medio ambiente es más urgente que nunca. La pandemia y el confinamiento de la población en gran parte del mundo frenaron durante algunas semanas la actividad industrial y la movilidad. Como consecuencia, la salud del planeta experimentó algunas mejorías. En el caso de las emisiones globales de CO2, se redujeron un 5,8% con respecto a 2019. Sin embargo, esta caída fue muy diferente por regiones y, en algunos casos con la recuperación en ciertos países, las emisiones globales de CO2 en diciembre eran ya un 2% superiores a las de doce meses antes, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía.
Desde la ONU recuerdan que la pandemia de la COVID-19 es una llamada de atención de la naturaleza, y que el futuro de la humanidad depende de la salud del planeta. Por ello abogan por aprovechar el momento y llevar a cabo un cambio de rumbo hacia estilos de vida más sostenibles. En este contexto han promovido la campaña “Actúa ahora”, con el objetivo de incentivar la acción individual frente al cambio climático y la sostenibilidad.
Su secretario general, António Guterres, anunciaba hace unos días que “2021 debe ser el año para cambiar de rumbo y reconducir el mundo”, haciendo así “una llamada a la solidaridad para recuperarnos mejor de la COVID-19 y superar otros desafíos que enfrenta la humanidad”.
“2021 debe ser el año para cambiar de rumbo y reconducir el mundo”
— António Guterres
Lograr un modelo energético neutro en carbono y un sistema de vida respetuoso con el medio ambiente exige un compromiso, tanto en el plano individual como en el colectivo.
Ya en 2015, más de 200 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la Cumbre del Desarrollo Sostenible, en la que aprobaron la Agenda 2030. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) forman parte de esta agenda y constituyen un llamamiento urgente a la acción por parte de todos los países –desarrollados y en desarrollo– para lograr un mundo sostenible en el año 2030. A día de hoy, el compromiso europeo es claro: alcanzar la neutralidad en carbono para 2050.
Los diferentes gobiernos –no solo europeos– parecen haber apretado el acelerador, impulsando políticas que favorecen el desarrollo de la biodiversidad y las energías renovables. También las grandes corporaciones, que reorientan procesos para minimizar el impacto de su actividad, trabajan en iniciativas de eficiencia energética y desarrollan productos y servicios que sirvan como empuje a los procesos de descarbonización.
Lograr un modelo energético neutro en carbono y un sistema de vida respetuoso con el medio ambiente exige un compromiso, tanto en el plano individual como en el colectivo
En este sentido, en mayo se celebrará la cumbre de Davos 2021, donde los grandes líderes del planeta afrontarán la búsqueda de soluciones a los problemas más urgentes. La cumbre se traslada desde Suiza a Singapur como consecuencia de la pandemia y se celebra bajo el lema The Great Reset (“el gran reinicio”).
En la cita se abordará la recuperación mundial tras la pandemia de la COVID-19, centrando esta recuperación en siete temas, entre los que destaca uno: “Cómo salvar el planeta”.
“La Tierra se calienta, el hielo se derrite, sube el nivel del mar y el plástico amenaza los océanos. Estamos perdiendo especies, acumulando gases de efecto invernadero y se nos acaba el tiempo”, señalan desde la organización.
Desde Davos apuestan por la sostenibilidad aplicada a todas las áreas de la actividad humana: energía, alimentos, ropa, viajes, ciudades, etc. Y afirman que aunque todo fuera 100 % sostenible, todavía habría trabajo por hacer para reparar el daño que hemos hecho. Por ello se plantean “¿Por dónde hay que empezar?”.