Energy-from-Waste (EfW) es un proceso de aprovechamiento energético de residuos por el cual se genera energía a partir del tratamiento de desechos; ya sea para crear electricidad, calor o combustible.
Este método de recuperación de energía ofrece por lo general dos claras ventajas. Reduce la cantidad de residuos que no pueden ser reciclados; y valoriza los residuos, aprovechándolos para generar energía en forma de electricidad, calor o combustibles, y obteniendo materiales reciclados como compost, biochar o biocarbón y también aceites.
El proceso se realiza en plantas que no son estrictamente productoras de energía renovable pero, como aprovechan el potencial energético de los residuos, no generan emisiones adicionales de gases de efecto invernadero. Además, pueden considerarse productoras de energía ilimitada dado el alto volumen de residuos que se genera en el mundo. De esta forma, son una alternativa real y eficaz en el camino hacia la sostenibilidad.
El alto volumen de residuos que generan nuestras sociedades es un problema creciente. La Comisión Europea estima que en 2050 consumiremos como si tuviésemos tres planetas y este mismo organismo prevé un aumento de residuos del 70 % para ese año.
Al mismo tiempo, la necesidad de encontrar nuevas fuentes de energía que sean más eficientes y menos contaminantes se ha convertido en una urgencia de primer orden. En este contexto, tecnologías como la incineración con recuperación de energía, la gasificación o la digestión anaerobia son, hoy en día, la mejor alternativa: métodos que minimizan el problema de los residuos y ofrecen otra solución para generar electricidad, calor y combustible. Métodos que, al fin y al cabo, son una opción más sostenible que eliminar residuos en un vertedero.
La necesidad de encontrar nuevas fuentes de energía que sean más eficientes y menos contaminantes se ha convertido en una urgencia de primer orden
Existen varias formas de producir energía a partir de residuos. Las plantas Energy-from-Waste pueden emplear distintas tecnologías en función del tipo de residuo a tratar, las condiciones del entorno o el producto final deseado, entre otras cuestiones. La tecnología aplicada, principalmente, se divide en dos tipos:
La Unión Europea está decidida a apostar por el aprovechamiento energético de residuos dentro del impulso que quiere dar a la Economía Circular. Este es uno de los principales elementos del Pacto Verde Europeo para el crecimiento sostenible, que pretende fomentar un consumo responsable y mantener los recursos utilizados en la economía de la UE el mayor tiempo posible.
Entre otros objetivos, el Plan de Acción de Economía Circular de la Comisión Europea pretende garantizar que se generen menos residuos y crear un mercado interior de materias primas secundarias (las procedentes de la reutilización de las materias primas recuperadas o recicladas de residuos) de alta gama, alcanzando el liderazgo mundial en este sentido.
A pesar de los esfuerzos, la gestión de residuos en la UE varía entre los países miembros. En el sur de Europa hay países como España, que envía más de la mitad de sus residuos a vertederos; mientras que los vecinos del norte, como Alemania o Países Bajos, no llegan al 1 %. Estos últimos, junto a Suecia, Dinamarca o Bélgica forman el grupo que establece el modelo a seguir; donde los vertederos son prácticamente inexistentes, la gestión de residuos está enfocada al reciclaje y se apuesta de forma decidida por la valorización energética.
Por ello, tenemos que ser capaces de desarrollar y aplicar las técnicas que nos permiten a día de hoy reducir el impacto negativo de los residuos y aprovechar todo su potencial.
Una de las tecnologías EfW más extendidas es la digestión anaerobia, que permite convertir los residuos en biogás (combustible gaseoso) y digestato (material fertilizante).
Se trata de una tecnología de aprovechamiento energético de residuos muy versátil que, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, constituye una operación de reciclado material. Mediante el biogás se puede producir energía eléctrica, energía térmica y un combustible (biometano) renovable con características y aplicaciones similares a las del gas natural.
El biogás es una de las apuestas de la Comisión Europea para cumplir sus objetivos climáticos y reducir la dependencia energética del exterior. Como también lo es el hidrógeno renovable.
El biogás es una de las apuestas de la Comisión Europea para cumplir sus objetivos climáticos y reducir la dependencia energética del exterior
El hidrógeno verde, aunque se obtiene principalmente a partir de energías renovables como la solar y la eólica, también se puede generar a partir de residuos, ya que a partir del reformado del biometano con vapor de agua se obtiene hidrógeno.
Esta técnica es similar a la producción de hidrógeno gris o azul a partir del gas natural, solo que sustituye este combustible de origen por biometano. De este modo se minimizan las emisiones de CO2, algo de gran relevancia para descarbonizar sectores como el transporte público o determinados sectores industriales.
Así, tanto el biogás como el hidrógeno renovable constituyen una opción viable e inmediata para acelerar la transición energética. Y todo a partir de residuos que serían inservibles en un vertedero.