Sudáfrica tiene la economía más potente de todo el continente africano siendo, además, un polo de desarrollo para toda la región austral. Sin embargo, entre otras dificultades, cuenta con un desempleo excesivo y es uno de los países más desiguales del mundo.
Tanto los datos positivos como los negativos explican, en parte, que el país haya puesto el foco en el hidrógeno renovable: una tecnología que será clave en los próximos años. Entre los beneficios que puede aportar al país se encuentra la creación de empleo, la reconversión industrial, la reducción de emisiones, el refuerzo del mercado energético y el avance hacia una economía más inclusiva, robusta y sostenible.
La pujanza económica de Sudáfrica, que lo sitúa entre los denominados BRICS (las cinco economías emergentes), supone una ventaja competitiva para desarrollar su propia economía del hidrógeno. Principalmente porque esa condición va acompañada de un mercado diverso, mano de obra cualificada y cada vez mayor desarrollo tecnológico.
Además, es una potencia minera mundial, hecho que históricamente le ha valido su posición entre las principales economías del mundo. Es el mayor productor mundial de platino -materia prima fundamental para la producción de hidrógeno verde (se utiliza como catalizador en el proceso de electrólisis)-. Pero también lo es de otros como el cromo o el manganeso; y se posiciona entre los primeros productores de oro, hierro, cobalto o diamantes, por ejemplo.
La economía del hidrógeno podría incrementar un 3,6 % el PIB de este país para 2050 y crear más de 370.000 puestos de trabajo.
El mero hecho de contar con un potente sector minero, con actores de gran influencia y capacidad económica, puede suponer un fuerte impulso del hidrógeno verde por diversos motivos, entre ellos:
Sudáfrica también es uno de los principales productores de energía eólica y solar en el mundo. Por lo que su posición en el mercado de las energías renovables también es un punto positivo para el despliegue del hidrógeno verde. De hecho, el país se encuentra en una zona de excelente irradiación y es parte de Gigawatt Club (países con una producción de energía renovable superior a 1GW).
Todas estas condiciones son el punto de partida para el impulso que se está realizando desde la Administración Pública en colaboración con entidades privadas, cuyos principales proyectos ya están dado sus primeros pasos.
El Gobierno de Sudáfrica anunció en la COP26 la creación de una red verde, así como una Zona Económica Especial de hidrógeno en la provincia de Cabo Norte.
La estrategia pretende posicionar a Cabo Norte como región puntera en la producción y exportación de hidrógeno verde, desarrollando un ecosistema e infraestructura que permita tener 5 GW de capacidad de electrólisis y 10 GW de generación de energía renovable para el año 2026. Este proyecto pretende superar una fase de investigación y desarrollo para posteriormente pasar a otra de fabricación y comercialización.
Además, en la región de Limpopo está proyectada la creación de un Valle del Hidrógeno en una zona donde se extraen metales del grupo del platino. Se trata de una iniciativa de gran calado, ya que forma parte de una iniciativa nacional dentro del Plan de Reconstrucción y Recuperación Económica para construir una economía sostenible, resiliente e inclusiva.
El aprovechamiento de las sinergias entre las minas de platino, las energías renovables y la producción de hidrógeno es uno de sus puntos fuertes. Así, la intención es producir hidrógeno a escala industrial, creando un clúster para fomentar diversos usos del hidrógeno verde e impulsar la I+D+i.
La intención es producir hidrógeno a escala industrial, creando un clúster para fomentar diversos usos del hidrógeno verde e impulsar la I+D+i
Otro de los grandes proyectos que tiene previsto el Gobierno sudafricano es el corredor de hidrógeno entre Kwazulu-Natal hasta Limpopo, por el que se quiere establecer una ruta de autobuses de hidrógeno que unirán ciudades tan importantes como Pretoria, Johannesburgo o Durban.
Entre las dos regiones que quiere unir el corredor de hidrógeno sudafricano se encuentra la localidad de Secunda. Esta ciudad es famosa por albergar la planta petroquímica de Sasol, que es la más contaminante del mundo. De hecho, produce más emisiones que países como Noruega o Portugal, pero pronto quiere dejar de hacerlo y va a centrarse en la producción de hidrógeno verde y en reducir sus emisiones como parte de su estrategia net zero para 2050. Es solo una muestra más del potencial del país para crear una economía del hidrógeno puntera.
Sudáfrica es uno de los países fundadores de la Alianza Africana de Hidrógeno Verde. Se ha unido a Kenia, Namibia, Egipto, Marruecos y Mauritania para estrechar la colaboración y crear una economía del hidrógeno en sus regiones.
La Alianza pretende impulsar políticas públicas que, entre otras cosas, mejoren la financiación de proyectos, de modo que estos puedan aprovechar la alta demanda que se espera en los próximos años.
¿Podrá Sudáfrica realizar una transición socioeconómica justa y sostenible gracias al hidrógeno verde? Aún está por ver, pero las condiciones del país son realmente positivas para alcanzar un objetivo de tal importancia.
La industria del hidrógeno puede ayudar a crear alrededor de 13 millones de puestos de trabajo en Africa a mediados de siglo. Sólo en Sudáfrica, la economía del hidrógeno podría incrementar un 3,6% el PIB de este país para 2050 y crear más de 370.000 puestos de trabajo, según datos del Ministerio de Ciencia e Innovación de Sudáfrica presentados en la reunión de marzo de 2024 del Consejo del Hidrógeno en Johannesburgo.