En 2015 más de 200 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la Cumbre del Desarrollo Sostenible, en la que aprobaron la Agenda 2030. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) forman parte de esta agenda y constituyen un llamamiento urgente a la acción por parte de todos los países -desarrollados y en desarrollo- para lograr un mundo sostenible en el año 2030.
Estos objetivos reconocen la necesidad de poner fin a la pobreza y aplicar medidas que mejoren la salud y la educación, reduzcan la desigualdad y estimulen el crecimiento económico, al tiempo que abordan el cambio climático y trabajan para preservar nuestros océanos y bosques.
Los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron este programa en el año 2015. En concreto, 193 países firmaron y se comprometieron a cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030. Este compromiso abarca, como hemos comentado anteriormente, asuntos de primer nivel como la lucha por un planeta sin pobreza, sin hambre, con salud, con educación de calidad, igualdad de género, agua, energía, trabajo decente, sin desigualdad, acciones por el clima, paz, justicia e instituciones sólidas, vida submarina y consumo responsable.
Para alcanzar estas metas, todo el mundo tiene que hacer su parte: desde los gobiernos y el sector privado, hasta la sociedad civil y las personas individuales. En este último caso, la ONU invita a la ciudadanía a participar empezando por “hablarle a todo el mundo de la necesidad de cumplir con estos objetivos”. También sugiere diferentes acciones que todos podemos incorporar a nuestro día a día para reducir nuestra huella de carbono.
Por ejemplo, invita a la población a evitar el gasto innecesario de la electricidad, apagando los electrodomésticos que no se usan, a “hablar alto, solicitando a las autoridades que participen en iniciativas que no perjudiquen a las personas ni al planeta” o a “expresar su apoyo al Acuerdo de París y pedirle a su país que lo ratifique o lo firme si aún no lo ha hecho”.
Todas estas medidas, y muchas más, las recopilan en un original documento que han titulado “Guía para que las personas perezosas puedan salvar el mundo”.
Las empresas pueden comprometerse con el cumplimiento de los ODS de tres formas distintas.
Por una parte, desarrollando acciones filantrópicas no necesariamente relacionadas con la actividad de la empresa, mediante las que buscan aportar a la mejora de las condiciones sociales y medioambientales.
También pueden implicarse implementando iniciativas vinculadas al negocio, con el fin de reducir o eliminar su impacto negativo y potenciar solo los efectos positivos de cara a sus grupos de interés.
Por último, pueden impulsar la creación de productos y servicios innovadores que contribuyan a alcanzar las metas establecidas por los ODS y, al mismo tiempo, generar nuevas oportunidades de negocio.
La mayoría de las metas incluidas dentro de los 17 ODS están contempladas para 2030, pero hay algunas más urgentes que se pretenden conseguir en 2020. El compromiso es común y de alcance mundial, por lo que se extiende a todos los países con independencia de su grado de desarrollo. Cada nación será responsable de establecer sus prioridades en base a la situación en la que se encuentre.
Existe un ranking de los países que indica qué tan cerca se encuentran de cumplir con las metas marcadas por los ODS de la ONU. Este índice, creado por Bertelsmann Stiftung, organización sin ánimo de lucro, y la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de la ONU, mide el desempeño de 149 países y compara su progreso actual con una medición de referencia tomada en 2015.
Puedes consultar este ranking en el Sustainable Development Report 2019 (SDG Index).
Según la última actualización del SDG Index (junio 2019), España se sitúa en la posición 21 del ranking, de un total de 162 países. Por su parte, el Panel de Tendencias ODS señala que la tendencia española es muy positiva, no detecta incumplimientos señalables y destaca a España en 12 objetivos en los que ha realizado esfuerzos de mejora.
En relación con el SDG Index de 2018, España mejora en 8 de los 16 objetivos analizados aunque muestra un estancamiento en el cumplimiento de cuatro ODS: 10 (Reducción de las desigualdades), 13 (Acción por el clima), 15 (Vida de ecosistemas terrestres) y 17 (Alianzas para lograr objetivos).