Cuando nos enfrentamos a un desafío, todas las ideas y puntos de vista suelen ser bienvenidos para encontrar una solución. Si además afrontamos un reto de grandes magnitudes, como es la transición energética, son más necesarios todavía. Porque el camino hacia la reducción de emisiones, la eficiencia energética, la movilidad sostenible, el aumento del uso de energías renovables o la transformación digital, es mejor hacerlo acompañados que solos. Y si es posible, con personas y perfiles distintos que aporten múltiples perspectivas desde la diferenciación y la singularidad.
Para las compañías que se encuentran inmersas en este proceso, contar con profesionales con características, experiencias y visiones diversas enriquece el talento de su organización. Las diferentes perspectivas mejoran la creatividad y la innovación y facilitan una toma de decisiones más ágil.
Ante los retos que plantea la transición energética, las empresas requieren competencias y cualidades que la diversidad ayuda a promover, por ejemplo:
Incorporar personas con diversidad de pensamiento, de género o funcional, por ejemplo, es altamente recomendable y positivo en un entorno cambiante como el actual
1. En la mayoría de las empresas hay equipos formados por personas de diferentes géneros, nacionalidades o creencias. Que sean capaces de trabajar juntas es una necesidad pero, además, esta suma de talentos tiene importantes beneficios para las empresas y enriquece su desempeño. Por ello, fomentar su colaboración es indispensable para que los proyectos avancen; y para ello es necesario comprender sus diferentes necesidades.
2. Las sociedades son cada vez más plurales y diversas. Hay personas de distintas capacidades incorporándose a todo tipo de trabajos, personas migrando por cuestiones laborales, jóvenes recién incorporados al entorno laboral o personas de edad avanzada que siguen trabajando. Esto significa que las empresas deben adaptar sus productos, servicios o comunicaciones a públicos diferentes; y para eso, será necesario contar con profesionales de perfiles diversos.
3. Mejor preparación ante nuevos retos. Desde un punto de vista generacional, se puede adquirir una ventaja competitiva con la suma de la experiencia de los baby boomers, los conocimientos de la Generación X, la orientación al propósito de los millennials y la familiaridad con la tecnología de los centennials. E incorporar personas con diversidad de pensamiento, de género o funcional, por ejemplo, es altamente recomendable y positivo en un entorno cambiante como el actual.
4. La diversidad va a ser clave para la retención del talento. Los profesionales que se están incorporando al mercado laboral, frecuentemente, quieren formar parte de un entorno diverso. Quieren conectar con personas de diferentes culturas y razas, aprender de compañeros senior, sentirse a gusto en un entorno de trabajo respetuoso y flexible que integre y cuide a personas de orígenes, identidades y orientaciones de vida distintas.
5. Compartir habilidades, valores, visiones y experiencias muy diferentes multiplica el potencial de un equipo porque fomenta la creatividad o la innovación y mejora la toma de decisiones o la resolución de problemas.
6. La diversidad en las empresas es un factor a tener en cuenta en las inversiones socialmente responsables. Este tipo de inversiones, que además de los criterios financieros tienen en cuenta los llamados criterios ESG (medio ambiente, impacto social y gobernanza), son cada vez más habituales y valoradas. Las empresas tienen que cuidar estos indicadores para atraer inversiones que buscan la sostenibilidad; y la diversidad juega un destacado papel a la hora de valorar la composición de la empresa, la pluralidad del Consejo de Administración, el impacto en la comunidad y los códigos de conducta.
Un equipo diverso supone una fuente de aprendizaje y mejora la competitividad de las empresas
La diversidad y la pluralidad no solo reflejan la realidad social, también son una herramienta de cambio y de mejora que enriquece los procesos creativos de las compañías y fortalece su estructura. La gestión de la diversidad debe ser constructiva: un equipo diverso y heterogéneo supone una fuente de aprendizaje tanto personal como profesional y mejora la competitividad de las empresas.