El Corporate Venture Capital, también denominado capital de riesgo corporativo, es un modelo de colaboración con emprendedores y startups dentro de la estrategia de innovación abierta de las corporaciones con un objetivo: fomentar la innovación en la compañía y participar en el desarrollo de nuevas tecnologías o modelos de negocio.
Una de las herramientas con las que cuenta, es la inversión financiera, utilizada habitualmente por las corporates, para respaldar económicamente startups o empresas con gran potencial de crecimiento que se encuentren en fase early stage, es decir, en una fase temprana de desarrollo.
Compañías que ya tienen su M.V.P. (producto mínimo viable) en el mercado y sus primeros clientes o usuarios, pero se encuentran con que deben iniciar un proceso continuo de mejora y escalabilidad, que requiere recursos y conocimientos que aún no disponen.
Una vez agotados los métodos de financiación conocidos como FFF (Friends, family & fools) y el capital semilla, que pueden servir en los primeros pasos del emprendimiento, las Early Stage startups ya pueden acudir a los Corporate Venture Capital (CVC) para que respalden su crecimiento.
El Corporate Venture Capital tiene como objetivo principal fomentar la innovación en la compañía y participar en el desarrollo de nuevas tecnologías o modelos de negocio
A cambio de afrontar el riesgo de invertir en un proyecto aún en desarrollo y sin validación efectiva, la corporación podría entrar en el accionariado de las startups, normalmente obteniendo un porcentaje de participación que suele rondar desde un 5 a un 30 %, dependiendo de su tesis de inversión y de sus objetivos corporativos.
Además, podría obtener derechos de voto y en ocasiones un puesto de consejero o de observador en el consejo de administración, que permita orientar al nuevo negocio en la dirección correcta y que maximice las sinergias con los objetivos de la corporación.
Este tipo de apoyos, aunque implique en cierta forma una cesión del control de la empresa para los socios emprendedores, pueden ser esenciales para ayudar a las startups a alcanzar sus objetivos previstos, tanto a nivel técnico como de desarrollo comercial. Sobre todo en tecnologías de sectores tan complejos como el energético, que tiene unos desarrollos más lentos e intensivos en capital que otros ámbitos más digitales, y en los que el acceso a los primeros clientes o beta-testers es muy complejo.
Para conseguir estos “launching customers”, los CVCs son un apoyo clave, ya que además del propio capital, podrían desempeñar esta función validadora.
El respaldo de un Corporate Venture Capital, además de suponer un compromiso de inversión y de entrada de fondos para la startup en cuestión, permite que las empresas participadas tengan más facilidades para acceder a programas de financiación pública que les ayuden a escalar su dimensión. Esta financiación es fundamental en un sector como el energético, demandante de muchos fondos para poder llevar a cabo los desarrollos técnicos. También favorecen la conexión directa con la industria y otorgan el acceso a mercados estratégicos que, de otra forma, a los emprendedores les resultaría mucho más difícil llegar.
Su respaldo permite que las empresas participadas tengan más facilidades para acceder a programas de financiación pública que les ayuden a escalar su dimensión
Más allá del respaldo económico, los Corporate Venture Capital especializados en determinadas industrias aportan mayores ventajas para el crecimiento de las empresas financiadas que los generalistas. Enagás Emprende, el programa de innovación abierta y Corporate Venturing de Enagás para la inversión y aceleración de proyectos internos, startups externas y tecnologías innovadoras en el ámbito de la transición energética, es uno de los mejores ejemplos.
Pone a disposición de sus empresas participadas distintas herramientas de apoyo e inversión, entre las que se encuentran un Corporate Venture Capital (CVC) a través del cual participa accionarialmente en las empresas, presta facilidades para realizar validaciones tecnológicas en sus instalaciones, la posibilidad de ser un launching customer a través de un proceso de compra innovadora o les facilita, comercialmente hablando, la creación de una red industrial.
El equipo de Enagás Emprende además apoya a las startups participadas con un programa de aceleración a medida de cada empresa, que incluye formación específica para mejorar la gestión y el desarrollo de las tecnologías o los servicios, mentoring, asesoramiento, y leads comerciales, entre otros.
Los Corporate Venture Capital especializados en determinadas industrias aportan mayores ventajas para el crecimiento de las empresas financiadas que los generalistas
Además, pone a disposición de las startups dos espacios ubicados en Madrid: el Enagás Fab y el Energy Venture Center, para que puedan desarrollar sus negocios y como trampolín para acceder a su siguiente fase de negocio, Growth Stage, el escenario de crecimiento de las startups.
Fruto de las interesantes sinergias que genera este sistema, la inversión en capital riesgo en España se ha multiplicado por 3,8 desde 2015, alcanzando la cifra récord de 1.900 millones de euros invertidos en el primer semestre de 2021, según el informe Spanish Tech Ecosystem. Unas cifras que hablan de la solidez del ecosistema emprendedor nacional, valorado en 46.000 millones de euros en 2021, y que congrega a más de 10.500 startups y más de 300 scaleups (empresas innovadoras que ya están en fase de crecimiento).
Al mismo tiempo, todos los indicadores refrendan la madurez del mercado español para asumir inversión local e internacional. España cuenta con una buena infraestructura de fondos y una pujante cantidad de emprendedores en áreas que van desde la tecnología financiera, hasta la salud o la banca, y que son una garantía de un desarrollo a largo plazo.
En este contexto, fondos de capital riesgo especializados o los Corporate Venturing son un agente fundamental para la aceleración y crecimiento de startups cuyo modelo de negocio orbite alrededor de la transición energética y que se desarrollen en torno a los gases renovables (hidrógeno verde y biogás/biometano), la movilidad sostenible, la eficiencia energética, el almacenamiento energético, la captura de CO2 y la digitalización en general. Sus cifras de inversión, aún pequeñas en España comparadas con los VCs tradicionales, no paran de crecer año tras año.