Con la propuesta de Hoja de Ruta del Biogás, se definen objetivos y ejes de actuación para multiplicar por 3,8 los niveles de producción de este gas renovable en España hasta 2030
Los gases renovables están llamados a ser, junto con la electrificación, los vectores energéticos del futuro. Gobierno y sector empresarial aúnan fuerzas para impulsar su despliegue.
En España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicó en octubre de 2020 la Hoja de Ruta del Hidrógeno, un documento que marca los pasos a seguir para incentivar el desarrollo de cadenas de valor industriales innovadoras, generar empleo y actividad económica y contribuir a la reactivación hacia una economía verde de alto valor añadido.
En esta misma línea, en julio de 2021, sacó a información pública la propuesta de Hoja de Ruta del Biogás, que reúne 43 líneas de acción que persiguen un objetivo: multiplicar en menos de una década, casi por cuatro, la producción sostenible de este gas.
El biogás es una energía “verde” que se obtiene a partir de nuestros residuos: la fracción orgánica de los residuos municipales, de las industrias agroalimentarias, de los lodos de depuración, de los restos de cultivos y de las deyecciones ganaderas. La vía más avanzada para la producción de este biogás es la digestión anaerobia, un proceso a través del cual la materia orgánica se descompone por la acción de microorganismos.
El biogás puede ser utilizado para producir electricidad y calor, sobre todo en entornos industriales en los que la electrificación no es posible, o, ya convertido en biometano, puede utilizarse como combustible en el transporte o inyectarlo en la red de gasoductos.
Para obtenerse este biometano, el biogás se somete a un proceso tecnológico denominado enriquecimiento o upgrading. Este biometano, cuya composición es asimilable a la del gas natural, se caracteriza por ser una fuente de energía renovable, local y almacenable, y que posee además una gran ventaja al poder ser transportado por las infraestructuras gasistas existentes. Se considera un vector energético esencial para poder cumplir con los objetivos de descarbonización europeos y para impulsar el desarrollo de la economía circular.
El biometano es una fuente de energía renovable, local y almacenable, y que posee además una gran ventaja al poder ser transportado por las infraestructuras gasistas existentes
Actualmente, España cuenta con 146 instalaciones de producción de biogás (con una producción anual de 2,74 TWh) y solo 1 de biometano (0,10 TWh/año). En comparación con el resto de Europa, en España no se ha avanzado mucho en su desarrollo, por lo que hay recorrido. Sobre todo, porque el país tiene una oportunidad en las industrias de gran tamaño del sector agropecuario y agroalimentario, donde la gestión adecuada de los residuos puede activar el mercado rápidamente.
A ello se suma que este tipo de proyectos suponen una oportunidad para España, al contribuir al desarrollo económico de las zonas en las que se encuentran, en la mayoría de los casos zonas rurales. Consiguen mejorar la infraestructura de estas áreas, ayudan a frenar la despoblación y, a su vez, se convierten en un foco de atracción para la población joven ante las oportunidades de empleo generadas.
Este tipo de proyectos suponen una oportunidad para España, al contribuir al desarrollo económico de las zonas en las que se encuentran
La Hoja de Ruta del Biogás contempla, principalmente, dos medidas:
1. La creación de un sistema de garantías de origen, que permita al consumidor distinguir el gas renovable, poniendo en valor su origen sostenible, algo similar a lo que ocurre con la electricidad.
2. Establecer objetivos obligatorios de penetración y simplificar los procedimientos administrativos para fomentar su producción y su uso.
Para conseguirlo, se plantean varios ejes de actuación: el desarrollo de instrumentos regulatorios, sectoriales y económicos, que favorezcan la implantación y el uso generalizado del biogás y biometano. Además, otros ejes de actuación transversal, como acciones de impulso a la priorización de proyectos de biogás en zonas de transición justa o las tareas de divulgación de las virtudes del biogás. Y por último, el impulso de la I+D+i, que lo haga cada vez más posible, útil y rentable.
Si se cumple el plan previsto, España podrá multiplicar por 3,8 el nivel actual de producción de biogás para el año 2030. El 45 % de la producción se consumiría directamente, mientras que el 55 % restante se transformaría en biometano para la movilidad pesada o se inyectaría en la red actual. Por cada bcm de biometano recuperado de la biodegradación de la materia orgánica, e inyectado en la red, se evitaría la emisión a la atmósfera de unas 20 Mt de CO₂ equivalente. Cumplir con los planes que marca la Hoja de Ruta del Biogás, supondría reducir en 2,1 millones de toneladas de CO₂ equivalente cada año.
Se considera un vector energético esencial para la descarbonización y para el desarrollo de la economía circular
Algunas compañías españolas, como Enagás, llevan tiempo trabajando en proyectos de desarrollo de este gas renovable.
“Junto a la mayor penetración de renovables, y como complemento indispensable a la creciente electrificación, el biogás/biometano se posiciona como una energía con un papel importante para alcanzar el objetivo europeo y español de conseguir una economía neutra en carbono en 2050. Estamos ante la oportunidad de darle el impulso necesario para hacerlo posible”, apuntan desde la compañía de infraestructuras energéticas.
Para ello, han puesto en marcha la iniciativa Green Link que facilita las conexiones a la red de gasoductos de alta presión de producciones de biometano y otros gases renovables. La compañía también está inmersa, junto a más de 20 socios, en el desarrollo de más de una veintena proyectos de generación de biogás/biometano en todo el país.
Entre otros proyectos, está trabajando en el proyecto ‘Unue’, en Burgos, dirigido a transformar biogás en biometano para la posterior inyección de este gas renovable en la red de gasoductos del sistema gasista español. Hasta el momento, la iniciativa más importante -y pionera en España- es de carácter público y se encuentra ubicada en el vertedero de Valdemingómez, en Madrid.
También ha firmado, en colaboración con otras compañías del sector, un protocolo con la Generalitat Valenciana para impulsar un proyecto de economía circular a partir de la paja del arroz. Gracias al mismo se producirán 87 GWh al año de gas renovable, el equivalente a más del 15 % del consumo de gas natural que tiene la ciudad de Valencia, para introducirlo en la infraestructura gasista. Con esta iniciativa, la ciudad de Valencia y su área metropolitana ganarán en la calidad del aire que respiran, al contribuir -en buena medida- a solventar el problema ambiental de las emisiones contaminantes asociadas a la quema de la paja del arroz. Todo ello gracias a un proceso de valorización energética que supone un claro modelo de economía circular.