La economía circular se ha convertido en un pilar de la sostenibilidad, ya que permite reutilizar recursos y reducir significativamente la generación de residuos. En este contexto, la captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS) surge como una tecnología innovadora con el potencial de acelerar la transición hacia la neutralidad climática.
La eliminación del dióxido de carbono es esencial para lograr cero emisiones netas, pero hace falta algo más. Y es que el planeta requiere de infraestructuras, sistemas y políticas que contribuyan a absorber miles de millones de toneladas de CO₂ anualmente. Según declaraciones de Nasim Pour, directora de Eliminación de Carbono e Innovación de Mercado del Foro Económico Mundial en el informe ‘Carbon Dioxide Remobal: Best-Practice Guidelines’, “incluso si todos los países y todas las empresas alcanzan el cero neto en 2050, no será suficiente. Tendremos que seguir eliminando CO₂ durante décadas para invertir la acumulación de emisiones históricas”.
Actualmente, existen en el mundo alrededor de 45 instalaciones en funcionamiento que utilizan la captura, almacenamiento y utilización de carbono.
Actualmente, existen unas 45 instalaciones en funcionamiento que utilizan la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) en sectores como la industria, la producción de combustibles y la generación de energía, según la Agencia Internacional de la Energía. Aunque en el pasado esta tecnología avanzó más lentamente de lo esperado, en los últimos años ha cobrado un gran impulso.
Hoy en día, hay más de 700 proyectos en distintas etapas de desarrollo en toda la cadena de valor del CCUS. En 2023, la capacidad total de captura de CO₂ anunciada para 2030 creció un 35 %, y la capacidad de almacenamiento aumentó un 70 %. Con la neutralidad como meta, la UE apunta que, al menos para 2030 será necesario tener disponible 50 Mt de capacidad de almacenamiento. Además, se considera que esta capacidad deberá aumentar a 280Mt a 2040 y 450 Mt para 2050
En este aspecto, la cantidad de CO₂ capturada y almacenada sigue siendo inferior a lo necesario para cumplir los objetivos climáticos. En el escenario de emisiones netas cero para 2050, se estima que sería necesario capturar y almacenar alrededor de 1.000 millones de toneladas (1 Gt) de CO₂ al año. Actualmente, los proyectos de CCUS en marcha solo cubren el 40 % de ese objetivo en captura y el 60 % en almacenamiento.
Para alcanzar las emisiones netas cero en 2050, se deberá capturar y almacenar aproximadamente 1 Gt de CO₂ al año.
La Unión Europea ha identificado el CCUS como una herramienta clave. Por ello, ha impulsado diversas estrategias y programas que facilitan su desarrollo y adopción. Uno de los pilares más importantes es el Pacto Verde Europeo, una hoja de ruta que establece el compromiso de la UE de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Este pacto incluye regulaciones que fomentan la implementación de soluciones como la captura y almacenamiento de CO₂.
En términos de financiamiento e investigación, el programa Innovation Fund destina recursos a proyectos innovadores en tecnologías de CCUS. Gracias a esta iniciativa, se han financiado proyectos que buscan reducir los costes de captura y mejorar la viabilidad comercial de estas tecnologías.
Además, la UE ha implementado el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés), una medida que penaliza las importaciones de productos con alta huella de carbono. Este mecanismo busca igualar las condiciones entre las industrias europeas, que deben cumplir con estrictas normativas ambientales, y aquellas de países con regulaciones menos exigentes. En la práctica, CBAM incentiva a las empresas a adoptar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono para evitar penalizaciones y mantenerse competitivas en el mercado europeo.
En el contexto español, el Gobierno está evaluando la creación de un marco normativo específico para el almacenamiento de CO₂, con el objetivo de garantizar que estas tecnologías puedan desarrollarse de manera segura y eficiente dentro del país. Este esfuerzo está alineado con los compromisos climáticos nacionales y con los fondos de recuperación Next Generation EU, que financian iniciativas de transición ecológica.
Actualmente, España cuenta con potencial para almacenar carbono en formaciones geológicas profundas, como antiguos yacimientos de gas y acuíferos salinos, pero aún se requiere un marco legal que defina claramente las condiciones para su explotación.
El proyecto CO₂necta de Enagás, Holcim y Saggas evitará la emisión de más de 560.000 toneladas al año de dióxido de carbono.
En este contexto, destaca el proyecto CO₂necta, una colaboración entre Enagás, Holcim y Saggas. Esta iniciativa innovadora de economía circular evitará la emisión de más de 560.000 toneladas al año de CO₂ y permitirá la descarbonización de sectores estratégicos difíciles de abatir.
El proyecto consiste en la construcción de una planta de captura de CO2 en la fábrica de Holcim en Sagunto, cuyo dióxido de carbono será transportado a través de las infraestructuras de Enagás hasta la terminal de Saggas en el Puerto de Sagunto. Allí, el CO2 se someterá a un proceso de licuefacción. Una vez transformado en estado líquido, este CO2 será trasladado en buques hacia su almacenamiento geológico final.
El consorcio formado por Enagás, Holcim y Saggas promueve un innovador modelo de economía circular, en el que la fracción biogénica del CO2 capturado podrá utilizarse para la producción de e-metanol y otros biocombustibles, contribuyendo así a la descarbonización del entorno. CO2necta impulsará la economía local y nacional, especialmente en aquellos sectores de difícil abatimiento.
CO2necta es un ejemplo de colaboración entre empresas líderes comprometidas con la transformación de la industria y la descarbonización, a través de tecnologías punteras y la creación de una cadena de valor que servirá de referencia para otros sectores.
Asimismo, Enagás y otras compañías industriales como Heidelberg Materials o Votorantim han firmado un acuerdo de colaboración para impulsar proyectos de reducción de huella de carbono, con el desarrollo de una cadena logística de captura, transporte y almacenamiento de CO₂ en el norte de España.
Además, Enagás y Molins han firmado un convenio para impulsar el Proyecto MOSUSOL NetCO2, una iniciativa que integra tecnologías avanzadas de captura, transporte, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) para descarbonizar industrias difíciles de abatir, especialmente la fabricación de cemento. Con una inversión total de 590 millones de euros, el proyecto prevé capturar un millón de toneladas de CO2 anuales en una planta en Barcelona y transportarlas para su almacenamiento.
A nivel regional, varias comunidades autónomas están impulsando estrategias para atraer inversiones en este campo, aprovechando el potencial de la captura y reutilización de carbono como un motor de innovación y empleo verde. Esto se alinea con la Estrategia de Transición Justa, que busca garantizar que la descarbonización de la economía no genere impactos negativos en el empleo y el desarrollo industrial.