El metaverso es la mezcla del mundo físico con mundos virtuales, donde gran número de nuevas tecnologías y experiencias revolucionarán la forma de sociabilizar, comprar y también operar de las empresas.
Así, se puede interactuar con todos los elementos de este mundo virtual, generalmente a través de un avatar, de una forma muy similar a la que se realiza en la “vida real”.
Esta tecnología tiene diversos usos, desde el ocio (de forma similar a los videojuegos) hasta la formación (como método de entrenamiento a medio camino entre la teoría y la práctica). Y dada su versatilidad, puede ser de utilidad en muchos sectores; también en el de la energía. De hecho, ya se habla de ella como una de las tecnologías más punteras en un futuro cercano.
El metaverso puede suponer una oportunidad para el sector de la energía y, especialmente, para el proceso de transición energética actual. Como todo avance tecnológico, las posibilidades serán exponenciales a medida que se va popularizando su uso, pero en un primer momento podemos vislumbrar tres formas de aprovecharlo:
Como hemos visto, las posibilidades en la industria, y en el sector energético, son muy amplias. Pero, además, es que ya es una realidad. Hace poco se abrió en Corea del Sur la primera fábrica virtual establecida en un entorno metaverso, donde utilizando gafas de realidad virtual, los visitantes pueden observar el proceso de fabricación de tornillos de plástico y utilizar las máquinas. La fábrica virtual puede hacer ajustes como la presión de la máquina de moldeado por inyección o la velocidad del proceso de producción, sin necesidad de cerrar la fábrica.
Incluso, como mencionábamos, los gemelos digitales mejoran con el metaverso, que será capaz de llevar al siguiente nivel los entornos de simulación. Mientras que los gemelos digitales copian a los equipos existentes, el metaverso no requiere conexión con los activos físicos. Con ello se podrán simular miles de posibles situaciones para sus ecosistemas y elegir las mejores estrategias para las empresas. Al hacerlo, no solo tienen información en tiempo real sobre el rendimiento de sus equipos, sino que también pueden pronosticar resultados.
Sin embargo, en el sector energético el metaverso tiene un hándicap y es el consumo energético, y, por ende, el aumento de emisiones que va a suponer en un contexto de transición energética en el que, por ejemplo, Europa aspira a ser neutra en carbono para 2050. El metaverso tiene que estar soportado por potentes sistemas energéticos pero además, también se necesitará energía para crear los dispositivos que permitan usar el metaverso y otras actividades adicionales que frecuentemente se pasan por alto. Así, el auge de este nuevo sector va a requerir de una mayor respuesta por parte del sector energético, que debe ser capaz de cubrir la creciente demanda de electricidad y, a su vez, contrarrestar sus emisiones.
El impulso de las energías renovables es una cuestión clave para hacer posible el éxito del metaverso
Esto, en un mundo que ya consume grandes cantidades de energía, pero que se encuentra inmerso en una carrera contra el cambio climático, es todo un reto.
El impulso de las energías renovables es una cuestión clave para, en primer lugar, hacer posible el éxito del metaverso satisfaciendo una mayor demanda de electricidad; y en segundo lugar, que su éxito no suponga un riesgo para el planeta, ofreciendo una energía sostenible. Muchas tecnológicas están concienciadas en este sentido y van avanzando hacia la utilización exclusiva de energía renovable o la certificación de cero emisiones.
En definitiva, el metaverso ofrece un variado abanico de posibilidades para todos los sectores e industrias; pero también conlleva un riesgo. Afortunadamente, la forma de afrontarlo está clara y los principales actores del sector están concienciados en que el camino correcto está marcado por la sostenibilidad.