Movilidad e hidrógeno en un contexto marcado por las inversiones y la seguridad jurídica

12 junio, 2025

La carrera por la descarbonización del transporte se intensifica a medida que se acercan fechas objetivo como 2030. Hidrógeno y movilidad conforman un binomio cada vez más poderoso y tangible. Eso sí, se está dando en un marco de alta complejidad donde entran en juego inversiones en ámbitos tan variados como el de la automoción, la aviación y la logística (desde el transporte marítimo al ferroviario, pasando también por el de carretera).

Hidrógeno y movilidad conforman un binomio cada vez más poderoso y tangible

El paquete de medidas “Objetivo 55” (Fit for 55 por sus siglas en inglés), recoge distintas medidas orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en un 55 %, como mínimo, de aquí a 2030. Y dado que el sector del transporte es uno de los principales consumidores de energía final, y que es responsable de un 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero, gran parte de las medidas de este paquete legislativo está orientado al sector del transporte.

En coherencia con estos objetivos, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) está marcando el pulso del cambio en España. Su revisión más reciente ha elevado, además, el listón: si en el plan 2021-2030 se definía un objetivo del 2,1 % de uso combinado de hidrógeno y gases renovables en el transporte, en su última actualización se apunta a un 17,26 %. Hay, por tanto, una decidida voluntad política, y una clara llamada al sector privado a adaptarse cuanto antes a un nuevo paradigma energético.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) está marcando el pulso del cambio en España

La pregunta es natural: ¿estamos preparados para semejante transformación? ¿Qué papel jugará el hidrógeno en los distintos modos de transporte? ¿Cómo se enfrenta cada sector a los retos técnicos, económicos y regulatorios que plantea esta revolución energética? La respuesta está en voces clave de la industria.

En el pasado Día del Hidrógeno de Enagás, este  tema fue el centro de una mesa redonda en la que diferentes expertos opinaron sobre los avances energéticos que se están realizando en el ámbito de la movilidad.

Los retos geográficos y económicos marcarán la penetración

La movilidad eléctrica no es una solución universal. Así lo sostuvo Miguel Carsi, presidente y CEO de Toyota España, quien defendió un enfoque tecnológico inclusivo que no dependa exclusivamente de baterías y enchufes. “Al planeta Tierra no lo vamos a poder electrificar”, afirmó. “En determinadas regiones —como África o América Latina— la electrificación del transporte no será posible, por mucho que se intente, por razones evidentes de índole económica o política”.

Toyota, que lanzó su primer coche híbrido hace 30 años, lleva décadas preparando el terreno para la transición energética. Según Carsi, “sabemos por experiencia que los despliegues tecnológicos son lentos y enfrentan resistencias”. Por eso, la marca japonesa cree en la convivencia tecnológica, donde el hidrógeno tiene un rol estratégico, sobre todo a través de la pila de combustible, aplicable no solo a turismos, sino también a autobuses y camiones. “Estamos haciendo pruebas con camiones. El potencial está ahí”.

Lo que está claro, añade Carsi, es que dentro de 20 o 30 años no sabemos qué tecnología dominará, pero será clave estar atentos a todas las opciones, incluso a las que aún no existen.

El mencionado paquete de medidas “Objetivo 55”, establece un objetivo de reducción de emisiones de un 45 % para el año 2030 en el caso de vehículos de transporte pesado, tanto de mercancías como de viajeros. En el caso de turismos y vehículos ligeros comerciales, el objetivo es incluso más ambicioso, teniendo en cuenta que se plantea un 100% de reducción de las emisiones de estos segmentos en 2035.

Aviación: objetivos ambiciosos y esperanzas depositadas en el hidrógeno

La aviación, uno de los sectores más difíciles de descarbonizar, también ha entrado en fase de cambio. Desde enero de 2025 está en vigor el reglamento ReFuelEU Aviation, que obliga a introducir un 2 % de SAF (Sustainable Aviation Fuel) en las mezclas de queroseno utilizado por los aviones. Pero esto es solo el comienzo: en 2030 deberá incluirse al menos un 1,2 % de combustibles sintéticos no biológicos, cifra que aumentará hasta el 35 % en 2050.

Margarita de Gregorio, presidenta de la Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo, destacó que el sector observa el desarrollo del hidrógeno con gran esperanza. “Los objetivos de descarbonización de la aviación son muy ambiciosos, y la mitad de ellos descansan en el hidrógeno”, afirmó. La otra mitad se basa en biocombustibles avanzados, RFNBO (Renewable Fuels of Non-Biological Origin) y tecnologías de carbono reciclado.

España, tercer país europeo en disponibilidad de biomasa por cada millón de habitantes, tiene en sus manos una oportunidad estratégica: convertirse en el mayor productor de SAF de Europa. “Miles de millones de toneladas de SAF serán necesarias, más toda la infraestructura que permita suministrarlo en los aeropuertos igual que hoy se hace con el queroseno. Es un proyecto de país”.

El reto es inmenso: la aviación ya ha optimizado las rutas y motores para ganar eficiencia. “Lo que queda por hacer pasa por los combustibles”, sentenció de Gregorio. Y ahí es donde el hidrógeno tiene un papel determinante.

Marítimo: la travesía está en marcha

El transporte marítimo, responsable de gran parte del comercio internacional, es uno de los sectores que enfrenta mayores retos para su descarbonización. Sin embargo, los compromisos están sobre la mesa. El reglamento europeo FuelEU Maritime fija una hoja de ruta clara: una reducción progresiva de emisiones del 2 % actual hasta el 80 % en 2050.

Javier Herrador, director de Navantia Seaenergies, puso sobre la mesa cómo la complejidad del sector marítimo es su principal hándicap. “Es probablemente el último en actualizarse, porque su complejidad técnica, logística y económica es extrema”, reconoce. Existen tres grandes barreras:

  • Costes: operar con combustibles alternativos puede triplicar los costes actuales, encareciendo fletes y rutas.
  • Infraestructuras: muchas rutas marítimas no tienen capacidad de bunkering para los nuevos combustibles.
  • Normativa: se necesita seguridad jurídica para acometer inversiones multimillonarias sin riesgo de que una tecnología quede obsoleta en pocos años.

A esto se suma la alta dispersión del sector: no es lo mismo un ferry regional que un carguero transoceánico. “Las necesidades y tecnologías son muy distintas. El sector está fragmentado y eso complica su evolución”.

Aun así, Herrador fue optimista: el Pacto Verde europeo y los objetivos de la OMI (Organización Marítima Internacional) han trazado un rumbo claro. Y el hidrógeno y sus derivados —como el amoníaco verdeserán piezas clave en esa transformación.

El GNL (gas natural licuado) también juega un papel fundamental en la transición hacia un transporte marítimo más sostenible, ya que permite reducir significativamente las emisiones contaminantes, eliminando prácticamente los óxidos de azufre y nitrógeno, y disminuyendo las emisiones de CO₂. Además, el GNL contribuye a mejorar la calidad del aire en entornos portuarios y facilita la descarbonización del sector marítimo al ser un combustible más limpio y eficiente.

El GNL (gas natural licuado) también juega un papel fundamental en la transición hacia un transporte marítimo más sostenible

El transporte de carretera ya realiza sus primeras pruebas con hidrógeno

La carretera sigue siendo la columna vertebral del transporte en España. Y es que el 95 % de la mercancía se mueve sobre ruedas, de acuerdo con los datos de Eurostat. Solo en la frontera con Francia, cada día cruzan unos 20.000 camiones, según la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), lo que da una idea de la magnitud del desafío.

Contó Juan Jesús Sánchez, director general de Disfrimur, que la empresa de transporte ha probado todas las alternativas disponibles para la movilidad de camiones, incluyendo una prueba reciente con motores de combustión alimentados con hidrógeno, en colaboración con Enagás. “La prueba fue satisfactoria”, afirmó Sánchez, “pero se requiere una seguridad jurídica clara. Sin ella, no podemos realizar las grandes inversiones necesarias”.

El hidrógeno, en todas sus formas y cada vez más, será una de las piezas imprescindibles del puzle energético del siglo XXI

España, ante una oportunidad histórica

El nuevo PNIEC no solo incrementa la ambición: multiplica las oportunidades. Con 12 GW de electrolizadores previstos y una estrategia clara de hidrógeno renovable, España puede posicionarse como líder europeo en producción y exportación de hidrógeno verde y biocombustibles avanzados.

Esto no solo beneficiaría al medio ambiente. También permitiría reindustrializar zonas rurales, generar empleo de calidad, aumentar la competitividad del tejido empresarial y reducir la dependencia energética del exterior.

El hidrógeno, en todas sus formas y cada vez más, será una de las piezas imprescindibles del puzle energético del siglo XXI. Y España está en posición de jugar un papel protagonista en ese tablero.