Innovar es convertir el conocimiento en valor. Se trata de un proceso por el cual se introduce un producto o servicio, ya sea nuevo o mejorado, en un mercado de forma exitosa. Partiendo de esa base, en el campo de las energías limpias hay muchas formas de innovar.
El objetivo de muchos procesos innovadores es encontrar nuevas formas de generar energía limpia de forma sostenible, reduciendo la dependencia de los combustibles tradicionales y permitiendo su sustitución en cuanto sea posible.
Es el caso de todas las energías renovables que están en uso hoy en día. Algunas tan extendidas como la eólica o la solar; y otras en una fase más temprana como la geotérmica o la mareomotriz.
El objetivo de muchos procesos innovadores es encontrar nuevas formas de generar energía limpia de forma sostenible
Los gases renovables como el hidrógeno, el biogás y el biometano son otras fuentes de energía alternativa que puede contribuir a la descarbonización, la reducción de emisiones de gases efecto invernadero y el incremento de la seguridad energética. Y en ellos la innovación está jugando un papel muy destacado: desarrollo de tecnologías más eficientes, métodos de almacenamiento más efectivos o nuevas aplicaciones en distintos sectores.
Hacer que el suministro sea continuo, independientemente de las condiciones necesarias para la generación de energía, es uno de los principales hándicaps para sustituir fuentes de energía tradicionales por la energía del sol, el viento, la biomasa o las olas del mar.
Una de las vías para lograrlo es optimizando el almacenamiento de estas energías, lo que supone todo un desafío porque su disponibilidad depende de factores como la fuerza del viento o la luz del sol.
Una de las vías para lograr que el suministro sea continuo es optimizando el almacenamiento de estas energías
Por ejemplo, mediante la mejora de las baterías de iones de litio se puede aumentar la capacidad de energía almacenada en ellas o incrementar su eficiencia para que dure más. La producción de hidrógeno renovable es otra alternativa interesante, ya que se puede utilizar en diversas aplicaciones y se puede almacenar y transportar allá donde sea necesario.
La innovación también se busca en las formas de extender aún más las energías renovables, haciéndolas más accesibles a los usuarios. Por ejemplo, adaptando las tecnologías renovables al tamaño óptimo, como aerogeneradores pequeños para instalar en áreas sin conexión a la red eléctrica. Algo que puede suponer un verdadero punto de inflexión en la mejora de la calidad de vida en regiones remotas.
El acceso a la energía mejora gracias a las ideas innovadoras que permiten extender las energías renovables a cada vez más sectores
El acceso a la energía también mejora gracias a las ideas innovadoras que permiten extender las energías renovables a cada vez más sectores, como sucede en el transporte con los vehículos movidos por biogás, los eléctricos o los que funcionan a base de hidrógeno.
Para mejorar el acceso también es necesario optimizar costes. Para lograrlo es clave desarrollar tecnologías que permitan procesos más eficientes y estables. El desarrollo de la economía del hidrógeno, por ejemplo, facilita el empleo de este vector energético en sectores difíciles de descarbonizar como el transporte marítimo o la industria pesada.
La eficiencia energética es especialmente importante para extender el uso de las energías renovables, posibilitando un mayor rendimiento de las plantas existentes, una rentabilización más temprana de los nuevos proyectos y una mayor seguridad de suministro ante picos de demanda.
El uso de sensores y la automatización son dos grandes áreas que, con su avance, están permitiendo alcanzar nuevas cotas de eficiencia energética, a través de la medición, que ayuda a llevar un mayor control y optimizar los consumos.
En el caso de los gases renovables, la innovación también ayuda a incrementar la eficiencia de muy distintas formas:
La innovación no sólo es tecnología y, con el propósito de generar valor, la regulación del sector energético puede ser determinante. Cuando hablamos de regulación, es habitual pensar en subsidios; pero la innovación en esta materia va mucho más allá.
Las administraciones pueden tomar medidas para adaptarse a las nuevas formas de generación y consumo, o para impulsar nuevas actividades mediante colaboración público-privada, asociacionismo o el desarrollo de proyectos comunitarios en los que se consume la energía limpia producida de forma local.