Italia progresa con determinación en su apuesta por el hidrógeno renovable, consolidándose como un país clave en la transición energética europea gracias a este vector energético. Este impulso se debe, en gran parte, a las significativas inversiones y a los ambiciosos proyectos que se desarrollarán en los próximos años.
El país acaba de presentar su Estrategia Nacional de Hidrógeno, que contempla horizontes temporales a corto (2030), medio (2030-2040) y largo plazo (2040-2050), con varios escenarios para el desarrollo de hidrógeno renovable y bajo en carbono.
Una estrategia que prevé una demanda nacional para el año 2050 de entre 6,39 y 11,93 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) mientras que las previsiones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima italiano (PNIEC) apuntan una producción nacional de entre 4,47 Mtep y 8,35 Mtep.
Italia se consolida como un país clave en la transición energética europea gracias a este vector energético
También para el año 2050, en Italia, se calcula una penetración de hidrógeno que alcanzaría hasta un 30 % del consumo final en el sector del transporte y un 18 % del consumo final energético en la industria de difícil de descarbonización con electricidad renovable, o hard-to-abate (HtA).
De cara al año 2030, en línea con el PNIEC, se estima un consumo de hidrógeno renovable de 0,25 millones de toneladas al año. Al menos el 70 % de esta demanda se producirá en el territorio nacional (se supone una capacidad de 3 GW de electrólisis), mientras que el 30 % restante se importará.
La Estrategia Nacional de Italia ofrece, asimismo, estimaciones sobre inversiones necesarias en el campo del hidrógeno renovable. En un supuesto de necesidad de electrolizadores de entre 15 y 30 GW, se estiman inversiones acumuladas de entre 8.000-16.000 millones de euros.
La Estrategia Nacional de Italia ofrece estimaciones sobre inversiones en el campo del hidrógeno renovable
Teniendo en cuenta la contribución de otras tecnologías de producción de hidrógeno (como el reformado de metano con vapor) se podrían alcanzar los 13.000-24.000 millones de euros, si bien se contemplan herramientas económicas y regulatorias para reducir los costes operativos y facilitar la producción.
La estrategia plantea una serie de cuestiones transversales que deben abordarse para el desarrollo del sector:
Del mismo modo, subraya la necesidad de desarrollar una infraestructura de transporte y distribución que conecte los grandes hubs de producción y consumo, destacando el Corredor Sur del Hidrógeno.
Se trata de un tubo de 3.300 kilómetros que se espera que esté disponible en 2030, y que establecerá una ruta estratégica que unirá el norte de África con Italia, Austria y Alemania, permitiendo el transporte de hidrógeno renovable desde el Mediterráneo hasta las industrias del norte de Europa. Los puertos estarán habilitados para la importación de hidrógeno y otros vectores como amoníaco y metanol.
El gobierno italiano ha financiado más de medio centenar de proyectos de valles de hidrógeno verde con fondos del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia por un importe de 590 millones de euros, que estarán destinados a promover su producción, distribución y uso.
Los valles de hidrógeno son ecosistemas estructurados para facilitar la producción y consumo de hidrógeno sostenible en un entorno determinado, con el objetivo de integrar la cadena de valor de este vector energético más allá del ámbito industrial.
Tendrán que estar operativos antes del 30 de junio de 2026. De todos estos proyectos, 28 se localizarán en el sur del país y recibirán el 50 % del montante total de las inversiones, según datos de la Asociación Italiana del Hidrógeno (H2IT).