Asturias se ha situado como un territorio clave dentro del nuevo mapa energético. La comunidad, marcada históricamente por su tradición industrial y minera, está dando pasos para reconvertirse hacia un modelo descarbonizado en el que el hidrógeno verde es protagonista.
Pero ¿qué se está haciendo exactamente en Asturias? ¿Qué estrategia de hidrógeno verde está en marcha y qué previsiones existen para los próximos años?
Asturias reúne varias condiciones que facilitan el desarrollo del hidrógeno renovable. La primera es la existencia de un tejido industrial que puede actuar como demandante inmediato de este recurso. La segunda, la presencia de infraestructuras energéticas y logísticas ya consolidadas, desde redes eléctricas y gasoductos hasta puertos con capacidad de exportación.
La posición geográfica de la región, integrada en el eje atlántico y en la Ruta de la Plata, abre además la puerta a conexiones con otros mercados nacionales e internacionales.
A estas ventajas se suma el potencial de las energías renovables en el territorio. Aunque la solar cuenta con un desarrollo limitado respecto a otras comunidades, la hidráulica y la eólica, tanto terrestre como marina, ofrecen una base sólida para alimentar los procesos de electrólisis.
El Gobierno del Principado de Asturias anunció en 2023 la financiación de 5,3 millones de euros para impulsar el uso del hidrógeno verde en la industria territorial
El desarrollo del ecosistema de hidrógeno en Asturias ha de entenderse con el papel de las instituciones públicas. El apoyo del Estado y de la Unión Europea se ha materializado en financiación directa a proyectos estratégicos, pero también en programas específicos para el impulso de tecnologías emergentes.
En el plano regional, el Gobierno del Principado de Asturias anunció en 2023 la financiación de 5,3 millones de euros para impulsar el uso del hidrógeno verde en la industria territorial, en el marco de un programa que movilizará en total 7,4 millones de euros entre inversión regional y fondos europeos.
En el marco del PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), el Gobierno central ha asignado 132,4 millones de euros a cinco proyectos de hidrógeno renovable localizados en la Zona de Transición Justa de Asturias. Entre las iniciativas respaldadas figura la transformación de la antigua central térmica de Aboño, junto con proyectos adicionales como GH2 Soto y Greenmet, concebidos para acelerar la descarbonización de la industria y diversificar la producción energética en la región.
Este esfuerzo institucional por impulsar el hidrógeno verde en la región se acompaña de la promoción de programas de formación en colaboración con la Universidad de Oviedo y los centros de Formación Profesional, con el fin de preparar a una mano de obra cualificada que pueda responder a las nuevas demandas del sector energético.
Asturias no solo se prepara para producir hidrógeno renovable, sino también para integrarse en la futura red de transporte que permitirá su distribución a escala nacional e internacional. Los tramos de la red troncal española de hidrógeno verde que pasan por el Principado ya se encuentran en tramitación, con el objetivo de estar operativos a partir de 2030.
Asturias no solo se prepara para producir hidrógeno renovable, sino también para integrarse en la futura red de transporte que permitirá su distribución a escala nacional e internacional
Se contemplan cuatro tramos principales en el territorio asturiano: el tramo León-Llanera (aproximadamente 71 km), el tramo Llanera-Reocín (≈ 118 km), y dos ramales que conectan con centros industriales y portuarios: el ramal hacia el puerto de El Musel (≈ 18 km) y el ramal hacia la zona de Avilés (≈ 13 km).
En particular, en Llanera se prevé un nodo de agregación clave, donde convergerán los proyectos de producción y consumo de hidrógeno verde. Además, Asturias se posiciona como un centro neurálgico estratégico, porque en su territorio confluyen dos grandes ejes de transporte energético: el eje de la Eje de la Vía de la Plata y el de la Eje de la Cornisa Cantábrica.
En total, aproximadamente 220 kilómetros de hidroductos a través de 23 municipios que conectarán Asturias con el resto de la red nacional y con el resto de Europa, a través del corredor H2med. Estos forman parte de un proyecto estratégico, la red interior de hidrógeno española que desarrolla Enagás y que prevé la construcción de unos 2.600 kilómetros de hidroductos en toda España, agrupados en 15 tramos y 5 ejes.
Uno de los proyectos más emblemáticos es el denominado Asturias H2 Valley en Aboño, con EDP como promotor, una planta de producción de hidrógeno verde con una capacidad prevista de 150 MW de electrólisis para comienzos de 2026 y 500MW en 2030. La inversión supera los 200 millones de euros y tendrá una capacidad de producción de cerca de 20.000 toneladas al año. Este proyecto se encuentra dentro del marco del Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI, en sus siglas en inglés).
Otro proyecto que cuenta con dicha declaración es GH2 Soto, también promovido por EDP, en Soto de Ribera, que busca integrar la producción centralizada de hidrógeno verde con una capacidad de electrólisis de 5 MW. Se estima que tendrá una capacidad de producción de 700 toneladas de hidrógeno renovable al año.
Por su parte, Mine-to-H2 está impulsado por Hunosa, Duro Felguera, HyREN y ALSA, y transformará el histórico Pozo Fondón de Langreo en una planta de hidrógeno verde de 2,5 MW (ampliable a 5 MW). Utilizando electricidad renovable procedente de antiguas minas rehabilitadas y agua de mina para la electrólisis, esta instalación suministrará hidrógeno a flotas de transporte por carretera.
En paralelo, Hydrogen Hub Asturias (H2ASTURIAS) se erige como un centro de referencia científica e industrial para el estudio y demostración del uso del hidrógeno en entornos productivos. Encabezado por ArcelorMittal y cofinanciado por los fondos Next Generation, busca posicionar a Asturias como un laboratorio europeo del hidrógeno. A su vez, el INCAR-CSIC refuerza esta apuesta mediante diversos proyectos de investigación centrados en la valorización de residuos, la producción de hidrógeno a partir de agua de mar y el desarrollo de nuevos electrocatalizadores de carbono, consolidando un ecosistema regional de innovación y conocimiento en torno a esta fuente energética.