La capacidad del hidrógeno verde para transformar sectores intensivos en emisiones lo convierte en un aliado clave para la transición energética. Ya hemos analizado cómo este vector energético está redefiniendo la cadena de valor de la industria metalúrgica y también su papel clave en la industria química, contribuyendo a hacer ambos sectores más sostenibles.
Ahora, damos un paso más y nos centramos en un nuevo ámbito fundamental para la descarbonización: el transporte.
A diferencia del turismo eléctrico de batería, que ya ha encontrado su hueco en el mercado de consumo, los grandes camiones articulados y autobuses de largo recorrido aún dependen casi exclusivamente del diésel. El peso, la autonomía y los tiempos de recarga son barreras técnicas que la batería convencional aún no ha logrado sortear con solvencia, considerando las elevadas exigencias de los usuarios profesionales de este tipo de vehículos.
Es en este escenario donde el hidrógeno renovable emerge como una alternativa energética potente, ya que los vehículos eléctricos de pila de combustible posibilitan la descarbonización de estos segmentos de movilidad, aportando unas condiciones de uso más cercanas a las exigencias de los usuarios, y complementando así a los vehículos eléctricos de batería en la necesidad de descarbonizar el sector del transporte.
Producido mediante electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables, el hidrógeno renovable no genera emisiones de CO₂ durante su producción.
Conviene tener en cuenta el contexto. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el sector del transporte representa el 30,7 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España. Por sí solo, el transporte por carretera copa un 28,4 % del total de esas emisiones de GEI.
En los últimos años, España ha comenzado a dar pasos decididos para integrar el hidrógeno renovable en su ecosistema logístico. Ya en septiembre de 2023, desde Enagás conjuntamente con Disfrimur, Westport Fuel Systemsy y Versallis Tech Services, realizamos el primer trayecto a nivel nacional de un vehículo de mercancía pesada propulsado por hidrógeno, en un test realizado para Mercadona que unió dos de sus centros logísticos en Madrid.
Otro ejemplo se encuentra en Barcelona. Desde hace años, la ciudad condal opera varias decenas autobuses de hidrógeno y cuenta con una hidrogenera propia ubicada en la Zona Franca.
Madrid no se ha quedado atrás en el ámbito del transporte de viajeros. A finales de 2024, inauguró su primera estación de servicio de hidrógeno renovable, diseñada específicamente para autobuses urbanos. Mientras tanto, iniciativas como H2Ports en el Puerto de Valencia han demostrado la viabilidad del hidrógeno en maquinaria portuaria, y proyectos en Canarias buscan replicar este modelo en los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
El sector del transporte representa el 30,7 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en España
Este tipo de iniciativas revelan un cambio de paradigma en la industria española. A través del PERTE de Hidrógeno y del programa “H2 Pioneros”, el Gobierno ha movilizado cientos de millones de euros para impulsar la instalación de electrolizadores, estaciones de repostaje y vehículos impulsados por hidrógeno renovable.
En concreto, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), a través de la segunda convocatoria del programa “H2 Pioneros”, ha concedido ayudas a varios proyectos de producción y uso de hidrógeno renovable en España.
Entre los proyectos aprobados destacan el Valle H2V Navarra, con un electrolizador PEM y una hidrogenera para flotas de transporte; Hystone en Andalucía, que combinará producción industrial de hidrógeno con una estación para movilidad pesada; HyBizkaia en el País Vasco, que integrará dos hidrogeneras vinculadas a la fabricación de combustibles sintéticos y al transporte de pasajeros; y H2 Puerto Sevilla, que pondrá en marcha un electrolizador para usos industriales y una hidrogenera destinada a autobuses, carretillas y operaciones portuarias. En conjunto, estas iniciativas permitirán desplegar al menos cinco nuevas hidrogeneras estratégicamente distribuidas en distintos territorios.
A estas ayudas se suman los planes nacionales como la Hoja de Ruta del Hidrógeno del Miteco, cuyo objetivo es alcanzar los 4 GW de capacidad de electrólisis en 2030 y desplegar una red de al menos 100 estaciones de repostaje.
El mapa de estaciones de hidrógeno está compuesto por 12 hidrogeneras operativas y 8 en construcción en la península ibérica, según datos de Gasnam actualizados a julio de 2025. Las perspectivas apuntan a un crecimiento sostenido de la infraestructura durante la segunda mitad de la década.
España prevé alcanzar los 4 GW de capacidad de electrólisis en 2030 y desplegar una red de al menos 100 estaciones de repostaje
Otro hito que se persigue a través de la Hoja de Ruta del Hidrógeno es disponer de una flota de al menos 150 autobuses de pila de combustible de hidrógeno renovable y un parque de al menos 5.000 vehículos ligeros y pesados. A esto se sumarían dos líneas comerciales de trenes de media y larga distancia en vías actualmente no electrificadas.
A escala europea, la Comisión aprobó en 2023 el Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR), que establece 2030 como fecha en la que se deberá desplegar una infraestructura de repostaje de hidrógeno que pueda servir tanto a turismos como a camiones con puntos de abastecimiento en todos los nodos urbanos y cada 200 kilómetros a lo largo de la red básica de la red transeuropea de transporte.
Por su parte, Scale Green Energy, la filial de Enagás, percibirá más de 8 millones de euros de la Unión Europea para poner en marcha una red de estaciones de repostaje de hidrógeno en España. La ayuda llega a través del programa europeo CEF para impulsar infraestructuras de energía limpia, y ha sido concedida por la Agencia CINEA.
Gracias a este impulso, la empresa construirá seis estaciones de hidrógeno —cada una con capacidad para 1.000 kg al día— que estarán situadas en puntos clave de los corredores Atlántico y Mediterráneo, dentro de la Red Transeuropea de Transporte.
En total, el proyecto movilizará más de 26 millones de euros y permitirá repostar hidrógeno renovable a 350 y 700 bares, adaptado tanto para vehículos ligeros como pesados. Una apuesta clara por una movilidad más sostenible en las principales rutas del país.
El debate entre vehículos eléctricos de baterías y vehículos eléctricos de pila de combustible centra buena parte de la conversación técnica sobre movilidad sostenible.
Si bien los vehículos eléctricos a batería son más eficientes desde el punto de vista energético, su aplicación en el transporte pesado sigue limitada. Un camión de reparto de larga distancia necesita autonomías de entre 400 y 800 kilómetros, y los vehículos utilizados a nivel nacional e internacional requieren poder circular durante más de 1.000 km sin repostar. Estas necesidades requieren que los camiones cuenten con un sistema de baterías extremadamente pesadas que reducen la carga útil y requieren horas para su recarga completa, o elevadas potencias (de hasta 1 MW actualmente) para recargas rápidas.
Los vehículos eléctricos de pila de combustible, en cambio, permiten repostar en menos de quince minutos y garantizan autonomías similares a las del gasóleo. Esto lo convierte en una opción que podría ser preferente para flotas de transporte de mercancías, autobuses interurbanos o maquinaria industrial con alta demanda de energía.
Siempre que el hidrógeno provenga de fuentes renovables, las emisiones netas son prácticamente nulas
Además, su uso mejora la calidad del aire en zonas urbanas, ya que los vehículos eléctricos de pila de combustible tampoco emiten gases contaminantes. Desde un punto de vista medioambiental, siempre que el hidrógeno provenga de fuentes renovables, las emisiones netas de GEI del sistema son prácticamente nulas.
Otro aspecto importante es la flexibilidad del hidrógeno como vector energético. Puede almacenarse en forma gaseosa o líquida, distribuirse por camiones o mediante la futura red de de hidrógeno.
En definitiva, el hidrógeno renovable es uno de los pilares tecnológicos sobre los que se sustentará la descarbonización del transporte pesado en las próximas décadas. Con la infraestructura adecuada, el apoyo institucional y una estrategia industrial ambiciosa por parte de los fabricantes de camiones, España puede convertirse en un referente europeo en el uso del hidrógeno como combustible limpio para camiones, autobuses y maquinaria logística.