Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los principales exportadores de petróleo del mundo, están dando un paso firme hacia un futuro energético más limpio. El país pretende diversificar su economía energética para mantener su liderazgo en el contexto global, incluso en una era post-carbono.
La estrategia de EAU se alinea con su plan de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. En el camino, sector público y privado están impulsando diversas iniciativas que veremos a continuación.
En 2023, el gobierno emiratí lanzó la Estrategia Nacional del Hidrógeno 2050, con la que se propone producir 1,4 millones de toneladas anuales de hidrógeno bajo en carbono para 2031. De dicha meta, se espera que la empresa estatal Masdar, pieza central en la estrategia emiratí, produzca un millón de toneladas de hidrógeno renovable. El resto —unas 400.000 toneladas— provendrá del llamado hidrógeno azul, generado a partir de gas natural, pero con tecnologías de captura de carbono para mitigar su impacto ambiental. Para 2050, la meta se expande a 15 millones de toneladas anuales.
La estrategia de EAU plantea crear al menos dos grandes clústeres de hidrógeno, u “oasis” de hidrógeno, en zonas industriales clave como Ruwais y en la conocida zona económica KEZAD, en Abu Dabi, antes de 2031, para luego expandirse a cinco polos de producción en 2050. Estos clústeres servirán como centros integrados para la generación, distribución y consumo del hidrógeno, particularmente en sectores de difícil descarbonización como el acero, la aviación, el transporte pesado y los fertilizantes.
La estrategia de EAU plantea crear al menos dos grandes clústeres de hidrógeno antes de 2031, para luego expandirse a cinco polos de producción en 2050
El plan también busca triplicar la capacidad de generación de energía renovable, pasando de los actuales 3,2 gigavatios a 14 gigavatios para 2030. Esta expansión podría generar un ahorro de entre 100.000 y 150.000 millones de dirhams (aproximadamente entre 23.000 y 37.500 millones de euros) en costes de generación eléctrica.
Como parte de su compromiso climático, los EAU también actualizaron su meta nacional en el marco del Acuerdo de París. Ahora el país apunta a reducir sus emisiones en un 40% para 2030, superando su anterior objetivo del 31%.
Si hablamos de los proyectos más relevantes de Emiratos Árabes Unidos en materia de hidrógeno renovable, hay que destacar cómo el país fue el impulsor de la primera planta de hidrógeno renovable en Oriente Medio con una infraestructura situada en el Parque Solar Mohammed bin Rashid Al Maktoum, en Dubái.
El proyecto, de 2021, está liderado por la Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (DEWA), y tiene capacidad para producir unos 20 kg de hidrógeno por hora a partir de energía solar. Parte del hidrógeno producido por esta planta se utilizó para abastecer una estación de servicio en Expo City Dubai, con capacidad para alimentar unos 500 vehículos con celdas de combustible, evitando la emisión de más de 40 toneladas de CO₂.
También cabe destacar la instalación de hidrógeno renovable que Masdar y ENGIE han desarrollado con una capacidad de hasta 200 megavatios para abastecer las plantas de producción de amoníaco de Fertiglobe en Ruwais.
Otro proyecto clave en desarrollo es la iniciativa de Emirates Steel, la única siderúrgica de Oriente Medio que utiliza hidrógeno renovable de forma piloto para producir acero ecológico. Esta empresa, junto con Masdar, inauguró a finales de 2024 una planta piloto de hidrógeno renovable en Abu Dabi que utiliza 2,1 MW para producir 5.000 toneladas de acero verde.
La empresa estatal Masdar se ha consolidado como uno de los actores globales con mayores ambiciones en el mercado del hidrógeno
Salta a la vista que la empresa estatal Masdar se ha consolidado como uno de los actores con mayores ambiciones en el mercado del hidrógeno. En los últimos años ha firmado alianzas con empresas japonesas como INPEX, Tokyo Gas y Osaka Gas, para desarrollar combustibles sintéticos como e-metano, evaluando el hidrógeno renovable como vector.
En paralelo, Masdar colabora desde hace poco con la austríaca OMV para la producción de hidrógeno renovable, combustibles de aviación sintéticos sostenibles y otros productos químicos sintéticos. También está asociada con la francesa Hy24 a través de un fondo de más de 2.000 millones de euros destinado a proyectos de hidrógeno renovable en Europa, América, Asia Pacífico, Medio Oriente y el norte de África.
Otro actor clave, ADNOC (Abu Dhabi National Oil Company), invirtió en 2024 en el proyecto Baytown en Texas, Estados Unidos, adquiriendo el 35% de una de las futuras instalaciones de hidrógeno bajo en carbono más grandes del mundo. Se espera que esta planta produzca más de un millón de toneladas de hidrógeno anualmente, una vez arranque, previsiblemente, en 2029.
Emiratos Árabes Unidos lleva años trabajando sus relaciones internacionales en materia de comercio global de hidrógeno. Esta estrategia geopolítica ya es apreciable con la participación del país en iniciativas multilaterales, como las conversaciones en la COP28.
Encima de la mesa ya existen negociaciones entre EAU y la Unión Europea para un Acuerdo de Asociación Económica Integral (CEPA), en el que el hidrógeno renovable se identifica como uno de los pilares clave. Si bien se espera que dicho acuerdo abarque el comercio de bienes, servicios e inversiones, priorizará sectores estratégicos, como, en este caso, el desarrollo de cadenas de suministro de hidrógeno renovable.
EAU posee sol abundante, extensos terrenos disponibles, infraestructura industrial avanzada y experiencia en energía a gran escala
Sería un importante paso para Emiratos Árabes Unidos en su afán por elevar su papel de exportador de hidrógeno renovable.
El éxito de esta apuesta se apoya, además, en una combinación poderosa: sol abundante, extensos terrenos disponibles, infraestructura industrial avanzada y experiencia en energía a gran escala. Emiratos posee algunos de los costes más bajos del mundo para la generación solar, y eso reduce drásticamente el coste de producción del hidrógeno renovable. Asimismo, su ubicación entre Asia, Europa y África lo convierte en un hub logístico ideal para exportaciones.
La transición al hidrógeno renovable también representa una contribución significativa al compromiso de Emiratos Árabes Unidos con la neutralidad de carbono para 2050. Según las estimaciones oficiales, el hidrógeno permitirá reducir hasta un 25% de las emisiones en sectores industriales para 2031 y alcanzar una descarbonización total hacia mediados de siglo.
Esto no sería posible sin la inversión del país para cambiar su sistema energético y usar más fuentes limpias. Ya ha invertido más de 10.000 millones de euros en este esfuerzo. Gracias a esas inversiones, en 2023 lograron aumentar en un 70% la cantidad de energía renovable que pueden producir, hasta una capacidad total de 6,1 gigavatios.
Ahora, casi el 28% de la energía de Emiratos Árabes Unidos viene de fuentes renovables, y su objetivo es llegar al 32% para el año 2030.
Claramente, lo que está ocurriendo en Emiratos Árabes Unidos va más allá de una transición técnica, sino que aspira a ser una transformación económica. Si los planes se materializan como se espera, EAU podría convertirse en uno de los principales proveedores de hidrógeno renovable del mundo, reafirmando su liderazgo en una era posterior al petróleo y contribuyendo activamente a los objetivos climáticos globales.