La transición energética está impulsando una nueva ola de innovación y emprendimiento. El avance de las energías renovables, el desarrollo de tecnologías limpias y la búsqueda de modelos más sostenibles están generando oportunidades para crear soluciones disruptivas. Sin embargo, a pesar de este impulso transformador, la presencia de mujeres en estos ámbitos sigue siendo minoritaria.
El World Economic Forum, en un informe elaborado junto a LinkedIn (2025), confirma que el talento femenino orientado a la innovación ha crecido en los últimos años. Aun así, las mujeres solo representan el 28 % de la fuerza laboral STEM, el 24,4 % de los cargos directivos y apenas el 12,2 % de los puestos ejecutivos de alta dirección.
Algo similar ocurre en el emprendimiento. Según el índice de Mastercard (2025) sobre emprendimiento femenino, el interés por crear una empresa es alto: cuatro de cada diez mujeres españolas (39 %) se han planteado emprender. Sin embargo, todavía existe una brecha entre la intención y la acción. Aunque España figura entre los países europeos con mejores condiciones de entorno a nivel de educación, financiación y digitalización, el número de mujeres que lideran negocios innovadores sigue siendo reducido.
La falta de financiación (32 %), el miedo al fracaso (31 %) y la carencia de recursos económicos (27 %) continúan siendo los principales frenos, junto con un factor más intangible: la autoconfianza. Un tercio de las mujeres admite que la falta de seguridad en sí mismas les impide dar el paso, una cifra que se dispara hasta el 45 % entre las millennials.
Para Carmen García, Coordinadora de Inversiones en Startups y Fondos de Enagás Emprende, “levantar capital no va solo de dinero, sino de liderazgo. Es importante que las mujeres emprendedoras dominen sus números, definan bien su relato y elijan socios alineados con su propósito. Y, añadiría un punto muy importante: reivindicar el liderazgo femenino como un valor diferencial, no como una excepción”. En su opinión, las emprendedoras aportan una visión más diversa, más colaborativa y, muchas veces, más sostenible del crecimiento, siendo esa mirada lo que el ecosistema innovador necesita.
Aunque España figura entre los países europeos con mejores condiciones de entorno a nivel de educación, financiación y digitalización, el número de mujeres que lideran negocios innovadores sigue siendo reducido
En España, la consultora Afi y Red Eléctrica estiman que la brecha de género en emprendimiento innovador cuesta 5.300 millones de euros al PIB nacional. Por cada hombre que emprende en proyectos tecnológicos o intensivos en I+D, hay apenas 0,36 mujeres. Una pérdida de talento que no solo empobrece la economía, sino la creatividad de un país que aspira a liderar la transición verde.
Lo interesante es que, allí donde se eliminan barreras, los resultados llegan. En sectores como el energético, donde la complejidad técnica y regulatoria exige liderazgo colaborativo, las mujeres están introduciendo nuevos estilos de gestión: más transversales, más orientados al propósito, más conscientes de la sostenibilidad.
Enagás, por ejemplo, lleva años impulsando un modelo de innovación abierta que combina tecnología, emprendimiento y sostenibilidad. Su programa Enagás Emprende, un vehículo de corporate venturing focalizado en fases pre-semilla y semilla, invierte en startups que desarrollan soluciones para la transición energética, orientadas principalmente al desarrollo de los gases renovables, como el hidrógeno o el biometano, entre otros.
Las mujeres están introduciendo nuevos estilos de gestión: más transversales, más orientados al propósito, más conscientes de la sostenibilidad
Este programa ofrece un entorno donde la innovación tecnológica y el liderazgo femenino pueden converger, promoviendo la participación activa de las mujeres. En el ámbito energético, abrir esas puertas tiene un efecto multiplicador: cada proyecto liderado por una mujer genera referentes y cambia percepciones en toda una industria.
Para María Ochoa, Gerente del Portfolio de startups de Enagás Emprende, “aún queda camino por recorrer en el emprendimiento femenino dentro del sector energético. Una de las principales barreras que encuentran las mujeres es la baja representación de mujeres en perfiles STEM, altamente demandados en este ámbito, lo que limita su acceso a roles estratégicos y a la creación de nuevas empresas. En Enagás apoyamos la innovación liderada por mujeres, impulsando la colaboración con startups y damos visibilidad a proyectos femeninos”.
Los programas más eficaces para impulsar el liderazgo femenino en la innovación comparten tres rasgos comunes. Primero, visibilizan el talento, mostrando referentes reales en puestos técnicos, directivos y fundacionales. Segundo, conectan a las mujeres con redes de inversión y mentoring, reduciendo el aislamiento profesional que aún persiste en los sectores STEM. Y tercero, evalúan sus resultados, midiendo impacto y escalabilidad en lugar de quedarse en la retórica de la igualdad.
Ejemplos como Enagás Emprende o el programa Women in Energy de la Agencia Internacional de la Energía demuestran cómo la colaboración público-privada puede generar entornos de innovación más inclusivos. En la misma línea, las becas Women TechEU de la Comisión Europea apoyan cada año a decenas de startups tecnológicas fundadas por mujeres.
Estos programas no solo fomentan la participación de mujeres en sectores tecnológicos y energéticos, sino que también ponen en práctica valores esenciales como la colaboración y el trabajo en equipo.
Ana Adalid, intraemprendedora y parte del equipo de Enagás Emprende, destaca que “de todos los aprendizajes, destacaría la importancia de la colaboración, donde compartir dudas y experiencias no solo aporta apoyo, sino que a veces desbloquea soluciones que no habías visto. También el trabajo en equipo, donde dos o más cabezas piensan mejor que una. Y, por último, la capacidad de improvisar, porque saber adaptarse puede marcar la diferencia en el camino.”
Según McKinsey & Company, si Europa consiguiera duplicar la presencia de mujeres en el sector tecnológico, hasta alcanzar el 45 %, podría sumar entre 260.000 y 600.000 millones de euros al PIB de la Unión Europea para 2027.
También hay señales de confianza entre las propias emprendedoras. El World Economic Forum estima que una de cada cuatro mujeres emprendedoras en el mundo espera escalar su empresa en los próximos cinco años.
Las cifras y los programas muestran un verdadero avance estructural. El talento está ahí y necesita espacios para desarrollarse plenamente. Lo que hace una década se debatía en términos de igualdad de oportunidades, hoy se aborda desde la competitividad y la sostenibilidad.