En España, la presencia de mujeres en la ingeniería sigue siendo uno de los termómetros de la igualdad real en el ámbito STEM. Aunque se han logrado avances en ciertas disciplinas y niveles formativos, aún persiste una brecha de género, especialmente visible en áreas con alta empleabilidad y proyección de futuro.
Analizamos las cifras, las barreras estructurales y las oportunidades que se abren para las nuevas generaciones de ingenieras. Para ello, contamos con los testimonios de varias profesionales de Enagás, que nos hablan desde su perspectiva para establecer conclusiones más claras sobre la situación de la mujer en la ingeniería.
Según datos de la Fundación CYD en su estudio ‘Mujer y universidad: ¿qué factores influyen en la elección de sus estudios?’, el 69 % de las mujeres considera que hay sesgos de género a la hora de escoger estudios universitarios. Y, en este sentido, el 43 % considera que a las mujeres se les orienta desde pequeñas hacia ámbitos como la educación, la salud o los servicios sociales.
Los resultados indican, precisamente, cómo los estudios con más presencia de la mujer son educación; artes, humanidades y lenguas; salud y servicios sociales; y negocios, administración y derecho. Mientras tanto, cuentan con menor presencia femenina los estudios de matemáticas y estadística; arquitectura y construcción; informática y tecnología, e ingenierías.
El 43 % de las mujeres considera que se les orienta desde pequeñas hacia ámbitos como la educación, la salud o los servicios sociales
“Hay que mejorar la percepción de la sociedad hacia la ingeniería”, apunta Rosa Nieto, directora de ingeniería y proyectos en Enagás. “Las jóvenes quieren desarrollar sus carreras profesionales en ámbitos en los que perciben que tienen un propósito y un impacto positivo en la sociedad, y, por ello, hay que poner mayor énfasis en divulgar cómo la ingeniería, en sus muy diversos ámbitos, contribuye a la transición energética y de forma más general a mejorar la vida de las personas”, explica.
Coincide Marta Alonso, técnica en la gerencia de financiación pública de Enagás: “Debemos tener una labor muy intensiva en cuanto a la divulgación y a contar en qué consiste nuestro trabajo, haciéndoles partícipes de lo que aportamos a la sociedad”.
Si observamos las estadísticas de estudiantes matriculados del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, solo el 32 % del alumnado en la rama de ingeniería, industria y construcción eran mujeres en el curso 2023/24. Es un avance respecto al 29 % de 2019, pero aún se percibe un desequilibrio notable. La situación se acentúa más en los estudios de informática, donde el porcentaje femenino ronda apenas el 17 %.
Lorena Cuenca se graduó hace tan solo tres años y ahora es técnica de innovación y desarrollo tecnológico en Enagás. Ella tiene muy claro que, “aparte de seguir visibilizando a las mujeres en ingeniería, hay que inspirar. Las niñas necesitan ver referentes que las inspiren y las empoderen, referentes que consigan que no duden de su potencial y que esto les impulse a formarse en una carrera profesional tan bonita como la ingeniería”.
El paso de las aulas al entorno profesional no elimina las desigualdades; al contrario, muchas veces las amplifica. Según el Observatorio de la Ingeniería de España (2022), solo el 20 % de los profesionales de ingeniería en activo en el país son mujeres. Las cifras más bajas se concentran en ingeniería de telecomunicaciones (12 %), informática (16 %) e industrial (19 %). Las disciplinas con mayor proporción femenina son ingeniería agrícola y alimentaria (33 %) e ingeniería de caminos (24 %).
“Hoy en día se ve de una forma absolutamente natural que haya mujeres ingenieras, y gracias a ese cambio es habitual ver a ingenieras en cargos directivos”
En los puestos de liderazgo, las mujeres rompen poco a poco ese techo de cristal que las había excluido sistemáticamente de la toma de decisiones estratégicas. Hoy, en España, ellas ocupan el 30 % de los puestos directivos de todos los sectores, según datos de la compañía especializada en creación de currículums, CvApp.
Rosa Nieto indica que “hoy en día se ve de una forma absolutamente natural que haya mujeres ingenieras, y gracias a ese cambio es habitual ver a ingenieras en cargos directivos”.
¿Por qué resulta difícil que más mujeres lleguen —y se mantengan— en el campo de la ingeniería? Una parte de la explicación tiene que ver con estereotipos de género que persisten desde la infancia. Ideas como que “la ingeniería es para chicos”, junto con la escasez de referentes femeninos en el área, pueden influir en su confianza y limitar sus aspiraciones.
“La presencia y papel (de las mujeres) se ha incrementado notablemente y diría que de un modo exponencial desde le etapa en la que yo estaba en la escuela y los referentes eran solo masculinos”, señala Marta Alonso. La percepción también está cambiando cuando se alza la mirada hacia la cúpula. “En la actualidad hay muchísimas caras y cargos de responsabilidad de presencia femenina y tengo la esperanza de que a futuro esto tenga repercusión a la hora de tomar la decisión de elección de carrera por parte de las niñas”.
También entran en juego la maternidad y el cuidado de los hijos. Según un estudio del Observatorio de Igualdad, el 67 % de las ingenieras considera que la maternidad ralentiza su carrera más que la de sus colegas varones.
En el conjunto de la Unión Europea, las mujeres representan algo más del 40 % de las personas que trabajan en ciencia e ingeniería, según datos de Eurostat. Pero esta cifra cambia bastante dependiendo del tipo de actividad económica, dado que abarca múltiples sectores. Por ejemplo, en los sectores relacionados con los servicios —como la educación, la salud o las tecnologías de la información— la presencia femenina es mayor y llega al 45,6 %.
En el conjunto de la UE, las mujeres representan algo más del 40 % de las personas que trabajan en ciencia e ingeniería
Centrándonos estrictamente en ingenierías profesionales, según el Observatorio de la Ingeniería en España (2022), alrededor del 20 % de los 750.000 ingenieros en España son mujeres. El dato sitúa a nuestro país por debajo de Francia (22 %), aunque ligeramente por encima de Italia (18 %) y Alemania (17 %).
España tiene cada vez más ingenieras, y eso es una gran noticia. La transición ecológica, la digitalización, la inteligencia artificial o la sostenibilidad requieren talento diverso. El punto esperanzador, como apunta Lorena Cuenca, es que “las mujeres ingenieras están ganando más visibilidad y ocupando posiciones de liderazgo, no solo por estar capacitadas a nivel formativo sino por las ventajas que supone trabajar en equipos donde se fomenten la igualdad de género y diversidad de perspectivas».
Para Alba Municio, Ingeniera Química y Operadora de Dispatching en Enagás, “es una suerte estar en una compañía con muchas mujeres en puestos de responsabilidad, y eso me ha motivado mucho. Pero no todas tienen esos ejemplos cerca, y es clave mostrar que la ingeniería también es para nosotras”.
El camino hacia una ingeniería más inclusiva pasa por intervenir en todas las etapas: desde la infancia —con referentes y currículums libres de estereotipos— hasta la universidad, el empleo y los espacios de liderazgo. La ingeniería del futuro debe construirse con todas las manos.